Alberto Moyano
Coincidiendo con el 25 aniversario de la semifinal de la Copa de Europa que la Real jugó y perdió mediante robo arbitral en el estadio del Hamburgo, ‘La caja negra’ de ETB2 ofreció un programa consagrado a la mayor gloria del fútbol vasco, que ganó cuatro ligas consecutivas, allá por los primeros años ochenta.
Entrenadores, ex jugadores y directivos desfilaron por el programa para analizar aquella época, marcar diferencias con la actual y vaticinar si es posible una reedición de aquella apoteosis del fútbol vasco.
Por supuesto y como no podía ser menos, entre todos los discursos, hubo de sobresalir el del actual presidente de la Real. Atufando a usted sabrá qué ideología, el hombre se plantó ante las cámaras para lamentar el aburguesamiento blandengue de los niños, ignorantes de que a este mundo se viene a competir, en el fútbol y en la vida, para conseguir así que los más aptos prevalezcan sobre los más débiles.
El puré ideológico que sustenta estos principios no es nuevo. Lo malo para sus defensores es que su plasmación en la realidad ofrece disfunciones resueltas habitualmente por la vía del estrepitoso desmoronamiento a manos de cualquier grupo decadente, destino que, dicho sea de paso, amenaza también al proyecto que encabeza ahora el ínclito directivo.
Por cierto, la suya es una teoría debilucha si la cotejamos con la realidad porque cabe preguntarse si sabían competir aquellos futbolistas de la Real que batieron récords de imbatibilidad para dejarse finalmente el título de Liga frente a un equipo con nueve jugadores.