FUNNY GAMES
Título original: Funny Games
Año: 1997
Duración: 108 minutos
País: Austria
Director: Michael Haneke
Guion: Michael Haneke
Fotografía: Jürgen Jürges
Reparto: Susanne Lothar, Ulrich Mühe, Arno Frisch, Frank Giering, Stefan Clapczynski y Doris Kunstmann
Productora: Wega-Film
Género: Thriller
Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De repente, Anna se pregunta cómo ha podido entrar en la casa. El joven le explica que Fred le ha enseñado un agujero que hay en la cerca. (FilmAffinity)
Estamos ante una película de culto, y no es para menos. De acuerdo, lo firma Michael Haneke, esto ayuda para que sea considerada como tal, pero guarda todos los ingredientes para ser una película que se queda grabada en la retina del espectador. Es complicado encontrar películas de terror como esta, que no utilizan recursos sonoros para resaltar lo que ocurre en pantalla.
Partimos de un planteamiento muy sencillo, una familia de clase alta llega a su casa del lago para pasar unos días de vacaciones, acompañados de velero y todo. Todo es ideal, familia con niño, perros, un lugar maravilloso, etc. En ese escenario ideal Haneke crea uno de los relatos más inquietantes y sádicos que un servidor ha podido ver jamás en una película.
Dos jóvenes, que presuntamente se alojan con los vecinos de la familia, se acercan a la casa a pedir huevos, todo normal. Pero la situación llega a puntos extraños con momentos que el espectador no llega a encajar en el puzzle. Siendo sincero, y habiendo leído la sinopsis, se sabe que algo ocurrirá y no será bueno, por lo tanto la deriva no deja de ser obvia.
En plena época dorada de slashers como ‘Scream‘, Haneke aprovecha para situar el objeto de terror en personajes jóvenes. Pero lo que diferencia a ‘Funny Games’ del cine de terror más adolescente es que el director plantea un juego al espectador. Este juego consiste en que el espectador deba decidir qué grado de violencia consiente en la película, y lo hace con el personaje de Arno Frisch rompiendo la cuarta pared, hablando con el espectador, recurso que no me gusta demasiado, pero aquí funciona.
Así, el espectador comienza condenando lo que hacen los dos jóvenes, como no podía ser de otra manera. Pero llega un momento donde la propia narración cambia las tornas y hace que el parecer del espectador cambie llegando a aplaudir uno de los actos más violentos de la cinta. Aquí Haneke da un giro extraño y obliga al espectador a plantearse de nuevo su posición. Si ve usted la película, o si ya la ha visto, entenderá de lo que hablo.
No se espere encontrar con una cinta ágil, Haneke se recrea en el tiempo, en los planos secuencia, en la cadencia de los actos y las reacciones de los personajes. Pero tampoco espere asistir a una muestra constante de violencia explícita, la pulcritud es un punto a favor del filme, ya que sin mostrar ninguna escena explícita lleva al espectador a vivir esa angustia que viven los personajes interpretados por Susanne Lothar y Ulrich Mühe.
No espere encontrar una película que explique la razón de los actos de los muchachos interpretados por Arno Frisch y Frank Giering, no hay razón para ello, ni es el objetivo de la cinta ahondar en esas cuestiones. El único objetivo es sumir al asistente en estas casi dos horas de cine en la crueldad y provocación sádica y terrible de sus personajes. Una película de culto que tiene ganado por méritos propios este título.
10 años después tuvo un remake, bajo la dirección de Michael Haneke, otra vez, y protagonizado por Naomi Watts (‘La Serie Divergente. Leal‘) y Tim Roth. Según tengo entendido es un calco de esta, así que si va a ver la misma película, mejor vea la original.
Lo mejor: todo.
Lo peor: no me gusta que se rompa la cuarta pared y los personajes hablen al espectador.