HEARTSTONE, CORAZONES DE PIEDRA
Título original: Hjartasteinn (Heartstone)
Año: 2016
Duración: 129 minutos
País: Islandia
Dirección: Guðmundur Arnar Guðmundsson
Guion: Guðmundur Arnar Guðmundsson
Música: Kristian Eidnes Andersen
Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen
Reparto: Baldur Einarsson, Blær Hinriksson, Arnar Jónsson, Søren Malling, Nína Dögg Filippusdóttir, Sveinn Ólafur Gunnarsson, Nanna Kristín Magnúsdóttir, Diljá Valsdóttir, Katla Njálsdóttir, Daniel Hans Erlendsson, Gunnar Jónsson y Jónína Þórdís Karlsdóttir
Productora: Join Motion Pictures / SF Studios
Género: Drama
Sinopsis: Narra la historia de amistad y amor entre dos chicos, muy amigos entre sí, en una pequeña población islandesa. A medida que uno intenta ganarse el interés de una chica, el otro descubre nuevos sentimientos hacia su mejor amigo. (FilmAffinity)
Me parece un error calificar películas como ‘Heartstone’ -me voy a ahorrar el subtítulo- de simplemente “película LGTBI”. Es cierto que la cinta islandesa dirigida por Guðmundur Arnar Guðmundsson aborda la homosexualidad como una de las temáticas de la cinta, pero son la adolescencia, la amistas y el despertar sexual sus ejes. De la misma manera que no calificaríamos la película como “hetero” por tener una trama central heterosexual.
‘Heartstone’ nos traslada a un pueblecito de Islandia donde solo viven un puñado de vecinos y donde crecer, aunque se haga en un entorno lleno de paisajes espectaculares, es de todo menos fácil. La historia nos habla de Thor y Kristian, dos jóvenes que están en ese momento de la adolescencia donde empiezas a fijarte en otras personas, donde tu sexualidad despierta y comienzas a hacerte adulto.
En ese despertar Thor se fijará en una chica, mientras Kristian tendrá que luchar por aclarar los sentimientos que está desarrollando hacia quien ha sido toda su vida su mejor amigo. Esa tormenta interior, completamente silenciosa por parte del chico, hace juego con este paisaje frío y oscuro donde se mueven los personajes. Un entorno triste y que parece haberse estancado en el tiempo. Un lugar complejo para que alguien que se sale de la norma pueda sentirse completamente libre para poder ser él mismo.
Kristian tiene que lidiar con un padre maltratador y una madre que se ha desentendido de él. Es alguien que no es problemático, pero a la vez resulta un problema para los suyos. El único apoyo con el que cuenta es su amigo Thor, la única persona que no le ha juzgado nunca. Hasta que entre juegos y bromas deja caer el comentario tantas veces oído de “nada de mariconadas”. Desde este momento en una camioneta serán varias las veces en las que Kristian tendrá oportunidad de abrirse con Thor, pero el miedo que su abusivo entorno le ha generado hará que se encierre del todo en sí mismo. A veces solo hace falta alguien que se pare a escuchar.
La otra historia de ‘Heartstone’, la de Thor, es más típica. No deja de ser un despertar sexual al uso. Thor no tiene dilemas morales que resolver ni explicaciones que dar. A él le gusta una chica de su edad, a la chica le gusta él. ¿Qué problema hay? Nadie le ha señalado con el dedo, nadie le mirado raro, nadie le ha juzgado por ello. Sus problemas residen en casa, en una jaula de grillos donde vive. Sus hermanas le hacen bullying, su madre no le hace caso y su padre hace tiempo que los abandonó. Las carencias afectivas del joven las suple, en cierta medida, el único apoyo real e incondicional que tiene: Kristian.
El director de ‘Heartstone’ ha contado que la película se basa en sus vivencias personales, aunque el destino de uno de los dos personajes cambia. Es de agradecer el cambio, ya hay demasiadas películas que terminan así y un pequeño rayo de luz no está de más en una película que se va oscureciendo a medida que avanza.
Su cuidada fotografía y la sencillez y potencia de su guion contrastan con una duración algo excesiva y una repetición continua de situaciones. En líneas generales estamos hablando de una película potente por su historia, con una trama interesante y un desarrollo adecuado, pero que flaquea por estirar demasiado las situaciones y no haber metido tijera. Dos horas, para lo que podría haberse contado en hora y media, es demasiado. Y, lo peor, la duración se nota.
Pero a pesar de ello, el trabajado simbolismo con el que se maneja Guðmundur Arnar Guðmundsson es el verdadero punto fuerte de ‘Heartstone’. El más evidente de ellos, y que sirve para abrir y cerrar la película, tiene que ver con un pez escorpión. Un animal feo que nadie quiere. Un pez al que apalean antes de devolver al mar. Y que una vez en el agua está obligado a volver a aletear y continuar su vida, volver a levantarse y mostrarse ante todos como pez escorpión. Este final, junto al último momento que comparten los dos personajes principales, es la gota de agua que terminará de ablandar ese corazón de piedra.
Lo mejor: La simbología y el tratamiento silencioso del despertar sexual.
Lo peor: La duración, excesiva.