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Asier Manrique

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‘A escondidas’: “Yo no tengo amigos”

A escondidasA ESCONDIDAS

Título original: A escondidas

Año: 2014

Duración: 92 minutos

País: España

DirecciónMikel Rueda

GuionMikel Rueda

FotografíaKenneth Oribe

RepartoGermán Alcarazu, Adil Koukouh, Ramón Agirre, Álex Angulo, Elena Irureta, Ana Wagener, Aitor Beltrán y Joseba Ugalde

ProductoraBaleuko / ETB

Género: Drama / Romántico

Sinopsis: Ibrahim, un chico marroquí de 16 años, camina solo y desorientado por una carretera de las afueras de una gran ciudad. Sabe que en dos días lo van a expulsar del país, así que coge su petate y se fuga. No tiene a dónde ir. En una discoteca, Rafa, un chico español de 15 años, está de los nervios porque no se cree capaz de satisfacer lo que espera de él la chica que lo acompaña. El destino de Ibrahim y Rafa se cruzan, y la influencia que ejercen el uno sobre el otro será tal que empezarán a sentir cosas que no podrán controlar. (FilmAffinity)

‘A escondidas’ es una película pequeña que aborda muchos temas en muy poco tiempo. El problema que tiene la cinta de Mikel Rueda es que los asuntos que trata se diluyen tanto que ninguno termina especialmente bien resuelto. Pero también es cierto que la vida es así, a veces las carpetas no se cierran, siguen abiertas porque algo les falta.

‘A escondidas’ cuenta la historia de la amistad entre Ibrahim (Adil Koukouh), un joven marroquí que vive en un centro de acogida, y Rafa (Germán Alcarazu), un joven bilbaíno de 15 años, con los problemas de los chavales de su edad, pero que siente que no encaja en su entorno. Ambos personajes, algo marginales, por distintos motivos, encuentran en la compañía del otro la confianza, el sustento necesario. Los dos personajes necesitan del otro más de lo que se pueden imaginar, una necesidad que evolucionará hacia algo más.

La cinta transcurre por dos temas diferentes, y lo hace desordenando los hechos de los dos primeros actos, para al final darnos un tercer acto ordenado. Así no sabemos muy bien dónde ubicar el momento donde se conocen, en qué punto está la situación de Ibrahim o si esta o aquella escena sucedió antes. Porque en el fondo da igual, el puzzle lo ordenamos al final, no es difícil hacerlo. Pero al final qué más da lo que ocurre antes si lo que va a quedar es el tercer acto, cuando ambos personajes dejen de estar “a escondidas”. Porque al final la vida es eso, escenas inconexas excepto los momentos finales, que para bien o para mal recordamos con todo lujo de detalle.

A escondidas

La primera de las temáticas afecta a Ibrahim (Adil Koukouh). El tema de la inmigración se trata con bastante acierto. Cómo los jóvenes magrebíes que vienen en busca de una oportunidad terminan viviendo en centros de acogida. Aquí el problema se agrava cuando es el propio sistema quien repatría a los jóvenes a pesar de que no tienen familia en su país natal. Una situación obliga a Ibrahim a huir del centro de acogida y a sacarse las castañas del fuego pasando droga y huyendo de las autoridades.

El segundo tema de la película lo escenifica Rafa (Germán Alcarazu). Él es un chico normal de barrio, con su grupo de colegas de toda la vida, pero un secreto que esconde: es homosexual. La suya es la historia más vista de las dos que cuenta, pero no por ello menos interesante. Mikel Rueda acierta al mostrar la presión que el grupo ejerce, la vergüenza a mostrarse y la dificultad de ser libre por el qué dirán. Alcarazu, debutante, hace una excelente labor dando vida a Rafa.

Lo que hay que agradecer a ‘A escondidas’ es la absoluta delicadeza y tacto con los que trata el tema de la inmigración y la homosexualidad. La película podría haber tirado por tópicos más manidos, pero decide quedarse en un plano más sensorial, sencillo y bajo, mucho más acorde a la historia que está contando.

Es curioso que siendo una película muy centrada en sus dos protagonistas, Alcarazu Koukouh, que la secuencia más poderosa se la lleve el amigo del protagonista, Joseba Ugalde. Este chico que como actor no es ningún portento, pronuncia las palabras que todo chico que se siente diferente y excluido necesita escuchar: “no entiendo lo que estás haciendo, pero en qué puedo ayudarte”. Nada de juzgar, nada de culpa. Los prejuicios mejor dejarlos en casa.

Porque esta película tiene mucho de eso, de lucha contra los prejuicios. Al final, lo que queda de ‘A escondidas’ es que esta historia habría sido muy diferente de no existir los prejuicios que tiene la sociedad. Si no se señalara y juzgara al homosexual estos dos chicos no habrían tenido problema de vivir su relación con tranquilidad como cualquier otra pareja chico-chica. Lo mismo ocurre con los prejuicios hacia los extranjeros, con los que la película está salpicada continuamente. Si se les diera la oportunidad de poder empezar de cero, de crearse una vida nueva, no ocurrirían las cosas que ocurren. Pero como siempre, todo es culpa de la educación, o más bien de la falta de ella.

Técnicamente, ‘A escondidas’ es una película correcta, sin ningún virtuosismo. Una buenacinta que se deja ver y disfrutar. La historia daba para ser contada en más tiempo que hora y media, porque al final quedan muy cojas las historias, faltando mucho material, especialmente al que tiene que ver con Ibrahim.

Lo mejor: El respeto mayúsculo que tiene sobre sus personajes y temas que trata. La película no pontifica al respecto, esta labor es del espectador.

Lo peor: La historia de Ibra no está suficientemente desarrollada y muchos de los actores (que no son actores) no dan la talla.

A escondidas

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