La ASPIRACIÓN COMPARTIDA es nuestra Visión, algo por lo que merece la pena trabajar duro. Lo verdaderamente relevante de una ASPIRACIÓN COMPARTIDA no es su contenido, sino lo que logra, la movilización que puede provocar en la organización.
La ASPIRACIÓN COMPARTIDA debe ser concreta, estar expresada en lenguaje asequible para todas las personas, debe tener significado y capacidad de conmover a cada miembro de la organización.
Una ASPIRACIÓN COMPARTIDA debe ser ambiciosa, audaz, importante, difícil, realista, alcanzable, inconformista, que busque la diferenciación. “La innovación grande viene cuando uno se compromete a cosas grandes”.
Es fundamental garantizar que la ASPIRACIÓN COMPARTIDA sea coherente con la Misión y Valores de la organización. Del mismo modo, todos los planes (estratégicos y de gestión) deben mostrar, también, dicha coherencia.
La visualización del proceso que se puede seguir para lograrla (o acercarnos a ella) nos ayudará a alinear esfuerzos. Esta visualización es la conexión entre el futuro deseado y la realidad presente.
Debemos lograr que todos sintamos la “ASPIRACIÓN COMPARTIDA” como algo personal (esto proporcionará a la organización la capacidad de innovar).
Cada persona es libre de aceptar el reto o quedarse al margen, aunque no, de boicotear u obstaculizar las decisiones y acciones de los demás.
Mantener viva la “ASPIRACIÓN COMPARTIDA” requiere incorporarla a la conversación habitual (en reuniones generales, de área, de equipo de proceso, en presentaciones, visitas, contactos informales,…)
La sinceridad, la comunicación, el realismo, la seriedad y exigencia en el cumplimiento de los compromisos, serán elementos clave en este proceso. Debemos, también, evitar la tendencia natural a disminuir los inconvenientes o a exagerar las ventajas.