Hoy os propongo la lectura de un cuento de Anthony de Mello tomado del libro: “El canto del pájaro”.
Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.
Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día me dijo: “No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte”
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: “No cambies. No cambies. No cambies…Te quiero…”
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y ¡OH maravilla!, cambié.
Creo que este cuento tiene la suficiente miga como para dejarlo reposar, como buen alimento que necesita ser digerido. Y cuando uno hace la digestión se hace en las tripas, no desde la cabeza.
Por ello es mejor sentir, desde el cuerpo, qué me dice el cuento que pensar cómo debería ser.
Si os parece, lo comentamos a la vuelta.
Belén Casado Mendiluce