El maestro llegó a ser una verdadera leyenda viviente. Se decía incluso que, en una ocasión, Dios le había pedido consejo: “Quisiera jugar al escondite con la humanidad. He preguntado a mis ángeles cuál es el mejor lugar para esconderse, y unos me han dicho que el fondo del océano, otros que la cima de la más alta montaña, y todavía otros me han dicho que la cara oculta de la luna o alguna estrella lejana. ¿Qué me sugieres tú?”
“Escóndete en el corazón humano”, respondió el Maestro. “Es el último lugar en el que pensarán”.
Hoy quiero escribir sobre el tesoro que somos en nuestro interior y que no quiero apresar con ninguna palabra: Dios, Universo, Luz, Energía…¿qué más da el nombre? Me dirás: soy atea, no creo en nada.
No quiero que busques nada fuera de ti, ni en Iglesias ni en religiones ni en ideologías. Aproxímate al silencio, a la naturaleza y a la soledad, y dime si sientes un eco en tu interior, algo que resuena y te da paz, como cuando contemplas un paisaje hermoso, callado y absorto en lo que ves…casi podrías sentir que eso que contemplas y tú formáis parte de lo mismo…
¿Quién soy yo?, he preguntado alguna vez en este blog y si existe la pregunta existe también la respuesta, de la misma manera que si tengo sed es porque existe el agua aunque no sepa su nombre ni dónde se encuentra.
Tú eres alguien con capacidad de darse cuenta, de tomar conciencia, de despertar. Sí, ya sé que me dirás que hay muchas personas que ni siquiera saben lo que es eso y mucho menos viven de acuerdo a ello. Sí, lo sé. Pero ahora eres tú el que está leyendo y eso es lo que importa.
Si te digo que dejes de luchar contra ti mismo, si dejas de juzgarte y culpabilizarte vas abriendo camino para que aflore lo que eres: CONCIENCIA, y ese es tu camino y tu sentido en la vida: tomar contacto con lo que ya eres, no con lo que te gustaría ser sino con lo que ya está presente en ti aunque no sepas muy bien dónde.
¿Y de qué me sirve ser consciente, para sufrir más, para darme cuenta de cosas que si fuera más ignorante me causarían menos dolor? ¿Cómo se desarrolla esa consciencia?.
La consciencia te sirve para vivir con sentido, porque tú has venido a esta vida no para sufrir,- aunque cierto sufrimiento sea inevitable -, sino para vivir con plenitud quien tú eres, con tu personalidad propia y tu peculiar manera de ser, desarrollada al máximo.
Tu consciencia es lo que consistes, tu yo real, tú mismo. Pararte a sentir, escuchar lo que sientes, cultivar el silencio y acoger lo que no te gusta de ti te ayudará en el camino de recuperarte a ti mismo.
Caminaremos…Belén Casado Mendiluze