Todo NO es relativo
En varias ocasiones he conversado sobre la relatividad de lo que es bueno y malo para una persona, de lo que sirve y de lo que no, pero hay cosas que permanecen más allá de los cambios.
“Esto puede ser válido para ti pero igual para mí no lo es”, “esa es tu experiencia pero no significa que sea aplicable a los demás”, he oído. Por supuesto, la experiencia propia es siempre personal y no significa que deba ser extrapolable a los otros como tampoco se tiene “patente de corso” para decir ni aconsejar a los demás cómo deben actuar.
Una cosa es conocer personalmente a alguien y sabiendo cómo es, ayudarle según lo que creemos que le puede venir mejor, y otra es dar pinceladas generales, como en este blog, para que cada uno tome de él lo que mejor le convenga y vaya, dado que no conozco personalmente a quien tiene a bien leerme.
Dicho esto, ¿qué permanece más allá de las diferentes maneras de pensar, sentir y reaccionar de las personas? Hay unos “mínimos común denominadores” que son como luces que nos guían en el camino…
No es lo mismo ser consciente de mi enfado y expresarlo si hace falta para liberarme de él, que guardar ese mismo enfado en una caja donde se convierte en re-sentimiento (lo siento una y otra vez) y se enquista en mi interior. Todos tienen sus motivos y razones para estar resentidos, pero el daño que se hace la persona a sí misma está ahí.
No es lo mismo pensar sobre una cosa, dándole vueltas, como cuando sopesas los pros y contras de seguir con una amistad, que sentir desde el cuerpo e irte guiando por lo que necesitas en cada momento: ahora cercanía, luego distancia… e ir aprendiendo sobre la marcha a construir una amistad.
No es lo mismo estar en el presente, en el aquí y ahora, dándome cuenta de lo que me está ocurriendo en este momento, que quedarme en un pasado que ya no es ni en un futuro que no ha llegado salvo en mi imaginación.
De manera que ser consciente de lo que siento en el presente es lo que ayuda a cada persona a ser más ella misma, más allá de que esto es un proceso y un camino para toda la vida. Y lo relativo lo dejo para otras cosas…
Caminamos…Belén Casado Mendiluze