“Los discípulos estaban enzarzados en una discusión sobre la sentencia de Lao Tse:
Los que saben no hablan
Los que hablan no saben
Cuando el Maestro entró donde ellos estaban, le preguntaron cuál era el significado exacto de aquellas palabras.
El Maestro les dijo:”¿Quién de vosotros conoce la fragancia de la rosa?”
Todos la conocían.
Entonces les dijo: “Expresadlo con palabras”
Y todos guardaron silencio
¿Te quedas, a veces, sin palabras para describir algo, como cuando estás atento a observar y sentir una hermosa puesta de sol?
¿Intentas, en ocasiones, hacer entender a otro la necesidad de ir más despacio en la vida y te das cuenta de que esa necesidad la tiene que sentir ella misma?
No todo se puede describir con palabras, por muy hermosas que sean éstas, porque hay algo que se capta en silencio, se experimenta y se siente.
Y entonces te das cuenta de que el que calla sabe porque no necesita demostrar nada a los demás y porque su silencio es el reflejo de algo más.
Sólo se puede mostrar el camino para que cada uno, según su necesidad, lo recorra a su ritmo. Pero hay que tener sed para entrar en el camino.
¿De qué tienes sed tú? ¿Qué anhelas para tu vida? Puede que me respondas que no te haces preguntas tan profundas porque no tienes tiempo para esas tonterías. Pero, a veces, te pillas comprando compulsivamente, comiendo sin medida o no parando de hablar por teléfono. “¿Y qué? No hago daño a nadie ¿Es que todo es negativo? Me ayuda a tranquilizarme”.
No está mal que te hagas preguntas porque es el primer paso para parar….y sentir. Todo en tu vida cumple una función.
Pero hay una Realidad que sólo puedes captar si te paras, como ante un amanecer, y observas en silencio. Si te paras ante ti mismo.
Caminamos…Belén Casado Mendiluze