“La verdad no sé si estoy haciendo bien, o si usted leerá este mensaje; pero no pierdo nada intentándolo…me gustaría hablar con alguien externo a la gente con la que suelo hablar porque no suelo sentirme de esta manera…
Hace ya casi un mes me emplearon en un local donde me desempeño sacando copias, imprimiendo trabajos, vendiendo dulces, entre otras cosas que realizo. Esta es la primera vez que me desempeño en esto y me gusta el ambiente de trabajo y mis compañeros, mi jefa es muy buena pero siento que el problema soy yo, porque me equivoco mucho, soy lenta y no rindo como debería.
Ya mi jefa me llamó la semana pasada para hablar conmigo y decirme que aunque era buena en muchas cosas me faltaba agilidad y esta es indispensable en mi empleo. Me dijo que tenía que ser más segura de mí y hacerlo mejor, que ella sabía que yo era capaz. Pero ahora el problema es que por más que trato e intento, y soy lo mas positiva y pongo toda la energía y entusiasmo, no lo logro y esto me hace sentir tan inservible que me baja el ánimo y me hace sentir tan mal…
Me siento incapaz, como que en vez de ser productiva soy un estorbo, siento que tengo un nudo en la garganta por el desprecio que siento por mi persona, siento que nada de este esfuerzo que hago de ser mejor sirviera, aunque sea una mejora parece que le hiciera perder tiempo a la gente que me emplea, que lo mejor sería desaparecer de la faz de la tierra porque no le estoy aportando nada a nadie. Nunca me había sentido así en mi vida, en mi niñez pasé momentos incómodos pero ahora que soy una mujer no puedo lograr nada por mis medios.
Gracias por tomarse el tiempo de leer esto, puede que esto sea una tontería pero me gustaría que me diera su punto de vista.”
No es una tontería lo que cuentas y haces bien en compartir lo que tanto te agobia, ya que habitualmente no sueles sentirte como ahora.
Veo positivo en ti que sabes valorar lo que de bueno tiene tu trabajo: tu ambiente, tus compañeros y tu jefa. Y esa actitud positiva que tienes hacia tu entorno, hace falta que la lleves también hacia ti misma porque te cuesta valorar lo que de bueno tienes TU en el trabajo, que lo tienes sin duda.
Sé que te das cuenta de tu falta de agilidad e inseguridad y esta capacidad de darte cuenta de ti misma es un importante punto a tu favor: no vives de espaldas a la realidad ni hace falta que te venga la jefa a llamarte la atención de algo que tú no hayas visto en ti. Tienes buena capacidad de observarte.
Sé que pones energía y entusiasmo en intentar cambiar pero necesitas ser más paciente y más cariñosa contigo misma cuando te equivocas. Date más tiempo para ir mejorando y sé comprensiva hacia ti, sin machacarte ni desvalorizarte cuando te equivoques (“sé que me he vuelto a equivocar pero tengo la actitud de aprender y darme cuenta de mis errores, y eso vale mucho. Ya iré, poco a poco, mejorando”). Date la mano cuando tengas un error y déjate tranquila.
No se puede pretender mejorar y no cometer ningún fallo más en el camino… porque no se cambia de la noche a la mañana; valora los pequeños pasos dados, cuando haces bien las cosas y no te equivocas, cuando consigues ser ágil y resolutiva. Lleva tu mirada a lo bueno que tienes.
Estoy segura de que algo sí haces bien, sólo que lo tomas por normal, como si eso fuera lo que debes hacer y no le prestas atención. Cuando algo hagas bien por muy sencillo que esto sea, date cuenta de ello y alégrate de hacerlo así.
Estás demasiado pendiente de no cometer ningún fallo y esa misma actitud te tensa y no te deja estar relajada. Sin darte cuenta, entras en una espiral de negatividad hacia ti misma que contribuye a que te vuelvas a equivocar con más facilidad. Para romper este círculo vicioso hace falta que lleves la atención a lo que sí haces bien porque ello mismo te dará ánimos para seguir adelante.
Desde la actitud tranquila y comprensiva contigo misma podrás ir consiguiendo una mayor agilidad y seguridad en el trabajo. Estoy convencida de ello.
Espero haberte servido de ayuda
*Este consultorio ha sido realizado con autorización expresa del paciente, modificados algunos datos para preservar su anonimato.
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Caminamos…Belén Casado Mendiluze