Para tomar distancia de lo que nos preocupa primero necesitamos vivir lo que sentimos: exteriorizar los sentimientos para ser consciente de ellos.
Poder estar tranquila en una situación que nos altera requiere de momentos diferentes. Primero un desahogo, poner palabras a los sentimientos para, escuchando lo que sentimos, tomar más conciencia de ello. El verbalizar no es sólo para compartir y que el otro sepa lo que me pasa sino para ir clarificando yo lo que siento conforme lo hablo.
Hay quien tiene miedo a ese dejarse sentir, no sea que se asuste de lo que se encuentre y no sepa qué hacer con ello. Pero lo que no se vive, lo que no se siente en el cuerpo se nos queda atascado… o encerrado en una cajita bajo llave. Si te sientes triste y prefieres hacer como que no pasa nada, no por ello tu tristeza va a desaparecer. Necesitas pararte a sentirla, escucharte a ti misma decir que estás triste para que ese sentimiento se trasforme y te liberes de él.
Si quieres estar menos triste o con menos miedo o menos rabia, primero tienes que pasar por el miedo, la rabia o la tristeza. No puedes encontrarte tranquila a base de no hacer caso a lo que sientes, de no hablar de ello o de dejar pasar el tiempo como si el tema no fuera contigo. No puedes tomar distancia de lo que te preocupa si antes no lo sientes en carne propia.
¿Acaso te tomas una comida sin masticarla y paladearla? No te tragas los alimentos enteros sino que los deshaces en tu boca para que, así, tu cuerpo pueda aprovechar mejor sus nutrientes y te alimenten. De la misma manera, tus sentimientos son el alimento al que necesitas hacer caso para sentirte mejor contigo misma.
A veces, nos decimos: “Es una tontería lo que me pasa, estoy exagerando y seguro que le estoy dando más importancia de la que tiene”. Pero el malestar no desaparece aunque no le haga caso y pase el tiempo, señal inequívoca de que siento algo dentro de mí que necesita que le preste atención, como un semáforo interior que se hubiera puesto en ámbar.
Si necesitas tomar distancia de lo que te preocupa, no tengas miedo primero a sentirlo. Siente tus deseos, miedos o frustraciones para que no tengan poder sobre ti. Siéntelos… y te podrás liberar de ellos.
Caminamos…Belén Casado Mendiluze
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