El miedo nos impide enfrentarnos al que nos hace daño. Nos hace estar más pendiente del otro que de lo que yo necesito: “Cómo va a reaccionar si me enfrento a él, qué pensarán los demás de mí…”. El miedo se siente, se nota, y el maltratador se aprovecha de que tienes miedo para seguir tratándote mal. Pero lo que tú necesitas es expresar tu malestar, no aguantarlo.
Realmente, los que acosan a los demás son personas muertas de miedo, que lo disfrazan de prepotencia y chulería para querer demostrar lo valientes que son. Pero cuando se encuentran solos, sin apoyo de sus seguidores que le hagan la ola, son personas que se desmoronan como un castillo de naipes.
No pretendas que tu compañero que te acosa entienda con buenas palabras que lo que hace está mal. Esto es la guerra, chaval –aunque suene fuerte decirlo- y en la guerra hay que defenderse con uñas y dientes, no con discursos que tu acosador no va a entender. Ya se encargarán los adultos, tus padres o los tutores de hablar y poner las consecuencias que hagan falta.
Frente al que te acosa necesitas no aguantar ni callarte. Y probablemente, tendrás que ponerte al mismo nivel de él. ¿Qué quiero decir? Que si te insulta lo hagas tú también. Que si te empuja te enfrentes a él físicamente: demuéstrale que no le tienes miedo y que puede ser valiente sin tener que recurrir a pegar. Pon tu cuerpo contra el de él, ponlo contra la pared, llévalo contra el rincón, haz lo que sea para no dejarte pisar.
El que maltrata sólo entiende el mismo lenguaje que utiliza él. Si utiliza las descalificaciones, los insultos, las collejas en la cabeza o el tirarte los libros al suelo, debes aprender a reaccionar de similar manera. Acuérdate, tu acosador sabe que le tienes miedo y se aprovecha de eso para seguir maltratándote.
Puede que no estés acostumbrado a esas formas agresivas, que no vayan con tu forma de ser -lógicamente- pero si te das cuenta de la rabia que sientes hacia el que te hace daño encontrarás la manera de expresarte y hacerte valer. Te sentirás mucho mejor defendiéndote que tras el muro del silencio y el aguante.
“¿No será una forma de crear más violencia? “–pensarás. Tú no eres un acosador que disfruta maltratando, eso se nota, sólo estás protegiéndote y defendiéndote con todas las armas a tu alcance. No te calles, actúa.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce