-Paciente (P): Buenos días, Belén. He venido a tu consulta porque quiero profundizar en algunos aspectos de mi personalidad. Soy una persona con la suficiente sensibilidad como para no vivir sin querer darme cuenta de las cosas, valorando mucho los sentimientos. Pero esos mismos sentimientos me juegan malas pasadas porque acabo dando importancia a lo que no lo tiene, sintiéndome mal conmigo mismo y con los demás. A veces, no acierto a saber cuándo tengo que hacer caso a lo que siento y cuándo no. Si, por ej., me siento incómoda con mi amiga, si se lo tengo que decir o no.
-Terapeuta (T): Interesante el caso que planteas. Hay una serie de pautas que te pueden ayudar a expresar los sentimientos de la forma adecuada.
Primero: Procura no actuar por la impulsividad del momento dejándote llevar por lo que te salga, ya que puedes decir cosas que no respondan a lo que realmente sientes y que puedan dañar a los demás. Hay que cuidar las palabras.
Segundo: Cuando tengas dudas sobre la conveniencia de decir o no lo que sientes, CALLATE. Así tendrás tiempo para dejarte sentir, observar si ese sentimiento se repite más allá del momento puntual que estés viviendo. Hay que cuidar los silencios.
Tercero: Escoge el momento para hablar, sobre todo, en el que tú estés tranquilo y seguro de lo que quieres decir. Pero no en momentos de vulnerabilidad como: antes de ir a dormir o cuando tú y tu amiga estáis alteradas. Hay que cuidar los momentos.
-P: Entiendo lo que dices. Tiendo a dar importancia a todos los sentimientos que me vienen cuando me doy cuenta de que no es así, aunque no puedo evitar sentirme como me siento.
-T: No se trata de que niegues lo que sientes, pero tampoco tienes la obligación de compartirlo con el otro. Te lo puedes quedar para ti, en tu registro consciente, sin reprimirlo pero sin sacarlo necesariamente a la luz. Si te sigues sintiendo de la misma manera, no tengas prisa por hacérselo saber al otro. Tú ya te has dado cuenta de lo que te pasa y ya encontrarás el momento para hablar sin necesidad de que sea muy planificado; casi te saldrá de forma natural porque sentirás de manera clara que es el momento adecuado.
-P: Me ha servido de gran ayuda saber que no tengo que compartir todo lo que siento por mucha confianza que tenga con la otra persona y que puedo confiar en mi misma para sentir cuando sea el momento apropiado para hablar. Gracias, Belén.
-T: Me alegro haberte servido de ayuda. Ya me irás contando cómo te sientes. Hasta la próxima.
*Este consultorio es una recreación ficticia que no responde a ningún paciente concreto.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce