-Paciente (P): Hola Belén. Desde la última vez que nos vimos he tenido otra actitud con mi madre. Voy a visitarla cuando me siento tranquila con ella y no saco temas que sé que ella no me puede entender. La verdad es que así me siento mucho mejor. Ya no pretendo que sea el apoyo que me gustaría tener.
-Terapeuta (T): Me alegro de que te sientas mejor. ¿Cómo es la relación que tienes ahora con ella?
-P: Más tranquila aunque no saquemos temas personales de conversación. Ya te dije que yo le quiero mucho y me apoyo en ese sentimiento para estar con ella. He llegado a la conclusión de que no tengo nada que reprocharle pero también que ella a mí tampoco, con lo cual estamos en paz.
-T: ¿Cómo es tu tono de voz mientras lo dices?
-P: (Se queda un rato en silencio…) Un poco amargo, la verdad. No es un tema agradable de llevar porque me hubiera gustado tener más confianza con ella, pero, ya que me doy cuenta de que no puede ser, por lo menos siento que ella hizo lo que pudo y… yo también. Eso me deja más en paz, Belén.
-T: Es muy importante lo que estás diciendo. Ya estás en el camino de aceptarle a ella como es, y eso siempre os va a ayudar a tener una relación más relajada.
-P: Es verdad. Además, como mi madre se va haciendo mayor, entramos menos en conflicto en las conversaciones, porque ahora lo que quiere es alguien que le haga compañía y le dé cariño, y eso no me cuesta.
-T: ¿Qué has querido decir antes con lo de: “siento que ella hizo lo que pudo y yo también?
-P: Pues mira, cuando a mi madre le da, a veces, por quitar importancia a lo que yo viví, le digo: “mamá, tú hiciste lo que podías y yo no te voy a reprochar nada por ello, pero no me digas a mí que no me tenía que haber sentido como me sentí”.
-T: Me alegro que te sientas así. Te estás liberando del resentimiento hacia tu madre, pero sin olvidar tus propios sentimientos y vivencias. Eso es fundamental para que mantengas una buena autoestima: tener en cuenta lo que sentiste y viviste.
-P: Eso me lo has enseñado tú, Belén, y ha sido muy importante para mí. Ahora ya no dudo tanto de lo que viví y eso me hace sentirme más segura de mí misma. Y el poder estar en paz con mi madre me ha servido mucho y te estoy muy agradecida por ello, Belén.
-T: Has construido una buena relación con tu madre sin dejar de tenerte a ti en cuenta. Vas por buen camino. Nos vemos la próxima sesión.
*Este consultorio es una recreación ficticia que no responde a ningún paciente concreto.
Podéis encontrar la primera parte en el siguiente enlace:
http://www.lapsicologaencasa.com/2012/09/me-siento-incomoda-cuando-estoy-con-mi.html
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com