Aquella mujer tomaba distancia de las cosas que le pasaban y así lo decía a
sus amigas:
–“No le des importancia a tu preocupación, déjalo pasar, no pasa nada”
Pero sus amigas se alejaban de la mujer porque no podían contar con ella
para compartir sus problemas.
Vivía sin dar espacio a las cosas en su vida, sin darles un lugar para que
tengan sitio y poderlas reconocer y sentir.
Aquel hombre se alteraba con las preocupaciones que surgían en su familia,
obsesionándose con cada problema que su familia le contaba.
-“No puedo evitar preocuparme por vosotros porque os quiero” –les decía
Pero su familia acababa por no contarle sus problemas porque no podía
ayudarles y, además, les agobiaba con sus obsesiones.
Vivía sin dar tiempo a las cosas en su vida, sin darles la suficiente distancia
para poder tranquilizarse y verlas con claridad.
Tiempo y Espacio son dimensiones necesarias en la vida pero de índole diferente. Si dejas pasar algo de tiempo puedes ver con otra perspectiva lo que te ha pasado. Pero si pones mucho espacio físico entre ti y algo que miras, como un cuadro, este se difumina y acabas por no verlo.
Autora: Belén Casado Mendiluce
Caminamos…Belén Casado Mendiluce