-Paciente (P): Hola Belén. Me he animado a venir a tu consulta porque llevo bastante tiempo con el problema de que me estoy comprando constantemente cosas. Creo que tengo una compulsión a comprar, intento frenarme pero no consigo mejorar por mí misma.
-Terapeuta (T): ¿En qué momentos te da por comprarte cosas?
-P: (Se queda unos segundos en silencio…) Cuando estoy intranquila, he tenido algún disgusto con alguien o no me salen las cosas como a mí me gustaría.
-T: ¿Cómo te sientes después de comprarte algo?
-P: En el momento muy bien, es como un subidón que me pone muy contenta. Pero cada vez me dura menos porque pasado el momento de la compra me vuelvo a sentir con el mismo desánimo que al principio.
-T: Aquí hay dos cosas que tenemos que tratar. Una, tu compulsión a comprar y otra, que es la raíz, tu malestar interior. Vamos a empezar por trabajar el síntoma, que es lo inmediato, pero luego profundizaremos de donde viene ese malestar para que, trabajando el origen del problema, no te salga un enganche a otra cosa.
-P: ¿Quieres decir que se puede curar lo de la compra, pero que podría salirme una adicción a otra cosa?
-T: Exactamente. Si no abordamos el problema raíz, que es tu malestar interior, con el tiempo te surgirían, probablemente, otros enganches.
-P: Bien, lo entiendo. Ahora lo que me preocupa es dejar de gastar un dinero que no me sobra en cosas que no son necesarias. ¿Qué puedo hacer?
-T: Para empezar, si estás en casa y sientes el impulso de comprarte algo, en ese momento vas a llevar la atención a otra cosa. O bien te pones a hacer algo físico como hacer ejercicio o incluso limpiar la casa, o bien haces algo que te relaje y que te haga estar con la atención en ello, como leer o escuchar música. Hay una regla de oro: no comprar mientras paseas por la calle, salvo que sea algo necesario, claro.
-P: ¡Buena idea! Creo que me vendrá bien porque, muchas veces, estoy en casa dándole vueltas a lo que me apetece comprarme y no dejo de pensar en ello. Probaré el ponerme a leer un libro mientras escucho música, que me relaja bastante.
-T: Nos vemos la semana que viene, y me cuentas cómo te ha ido.
-P: Muy bien. A ver si, por fin, puedo librarme de este enganche que tengo, Hasta pronto.
-T: Animo y agur.
*Este consultorio es una recreación ficticia que no responde a ningún paciente concreto.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce