Date permiso para descansar...y olvidarte de todo | La psicóloga en casa >

Blogs

Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

Date permiso para descansar…y olvidarte de todo

 

Sabes que la noche es para dormir, para dar a tu cuerpo el descanso reparador que necesita. Pero te encuentras que, al cerrar los ojos, sigues pensando en tus preocupaciones diarias sin poderlo evitar. Y das vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño y, lo que es peor, sin dejar de dar vueltas a la cabeza.

En teoría, ya sabes que necesitas dormir pero, ¿de verdad sientes que, en ese momento, cuando te metes a la cama, tienes derecho a no pensar en nada, a no intentar buscar soluciones a lo que durante el día te agobia? Eso es harina de otro costal.

Porque, inconscientemente, nos sentimos responsables de lo que dejamos pendiente en el día, de lo que se ha quedado sin resolver y creemos, también inconscientemente, que teniéndolo en mente, pensando en ello, encontraremos algún camino, alguna solución que no habíamos visto antes. Y entonces, te dices, descansaré. En realidad, nada de eso funciona.

La mente funciona mejor cuando se deja de dar vueltas constantemente a las cosas y se piensa sólo cuando hay que resolver los aspectos prácticos y concretos de la vida diaria. Pero pensar para seguir con la negatividad en la cabeza no aporta soluciones, no abre nuevas vías sino que crea bloqueo y confusión.

Date permiso a ti mismo, sí, a meterte en la cama y, al abrigo de tu edredón o tu manta, olvidarte de todo. Dite a ti mismo que tienes derecho a aislarte de todo, apartarte de lo que se ha quedado pendiente y, simplemente, descansar. Pero, cree en ello de verdad, sinceramente.

Hay personas que piensan que dormir es una mera necesidad fisiológica pero que, en el fondo, no tienen derecho a evadirse del mundo y recluirse…en una confortable cama. Date permiso para decir adiós a todo sin que te sientas culpable.

Y además, te voy a dar una ayuda. Túmbate boca arriba en la cama y, con los ojos cerrados, lleva tu atención a tu vientre, a la altura de dos dedos por debajo del ombligo. Respira desde ahí, cogiendo el aire lentamente y dejándolo salir despacio para volver a descansar en el vientre. La respiración tranquila es muy beneficiosa para el cuerpo y te ayuda a relajarte.

Y si te despiertas con una nueva preocupación, vuelve a la respiración desde el vientre y a tomar conciencia de que estás en tu espacio, protegido y arropado, de que tienes derecho a no preocuparte por nada ni nadie. Mañana tu mente se encontrará más descansada y lúcida para afrontar el día.

 

Caminamos…Belén Casado Mendiluce

belencasadomendiluce@gmail.com

 

 

Temas

Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


junio 2014
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30