Tanto los hombres como las mujeres prefieren abrazarse que realizar el acto sexual. Son las conclusiones de una encuesta que presentó en su columna Ann Landers, y yo me suscribo a ellas. Al comienzo de una relación, las parejas tienden más a tocarse: cogerse de la mano, abrazarse y acariciarse, pero estas mismas actividades, con el paso del tiempo, quedan relegadas para ceder el protagonismo al acto sexual.
Y no es que no sea importante mantener relaciones sexuales, pero las personas necesitamos sentir el contacto físico no sólo orientado al sexo, sino integrado en el día a día. Hace falta cultivar la sensualidad en la vida diaria: hacerse un masaje, darse diarios abrazos cuando nos reencontramos en casa, cogerse de la mano cuando se sale a la calle, tocarse como signo de reconocimiento mutuo…
Y no sólo ejercitar la sensualidad como paso previo a tener relaciones sexuales, no. La sensualidad es necesaria para sentirse tenido en cuenta en una relación, necesaria para demostrar una aproximación física que no tiene más interés que mostrar el afecto y la cercanía. ¿Acaso hay que tocarse sólo cuando se tienen ganas de hacer el acto sexual?
Siempre me acordaré de que estando próxima a mi divorcio, fui más consciente de nuestra distancia emocional como pareja porque ya no nos cogíamos de la mano al salir a la calle. Mi mano buscaba la suya cuando paseábamos y darme cuenta de que al quedarme yo quieta él ya no buscaba mi mano ni ningún contacto físico, fue la constatación palpable de que algo ya estaba muerto entre nosotros.
Hay que tocarse más, sin miedo, sin prejuicios, porque el contacto físico en una pareja es un signo de una buena salud psicológica y contribuye a afianzar los lazos. La sensualidad se puede expresar de diversas maneras, según el gusto de cada pareja. ¿Quieres ideas? Ahí van: daos alternativamente, sin prisas y sin pretender luego tener relaciones, un buen masaje con aceites aromáticos, reservad un tiempo para bailar juntos en el salón de casa vuestra música favorita, cuando os reencontréis al final del día daos un abrazo y permaneced en él unos segundos en silencio, dadle al compañero esa actividad especialmente gratificante como cepillarle el pelo o darle un masaje de pies, id juntos por la calle de la mano, antes de dormir abrazaos mutuamente en la cama…
Y sobre todo, hablad de lo que os agrada, de lo que os gustaría recibir del otro en el día a día, de vuestras fantasías para una tarde especial, la sensualidad no se circunscribe únicamente a la relación sexual, es un campo en el que podéis expresaros y crecer como pareja. Ser sensuales os hace atractivos el uno al otro.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
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