Ya he oído en diferentes foros semejante opinión, y como me “chirría” en las tripas, voy a aportar mi personal grano de arena al tema en cuestión.
En principio, y salvo acuerdos personales e intransferibles, con el amigo uno no se acuesta, cosa que sí se produce en la relación de pareja, -mientras no se diga lo contrario-. Primer punto de diferencia.
Es posible, sí, que uno disfrute de una buena relación de amistad, en el sentido de que la relación fluya sin excesivos conflictos y las dos personas se apoyen mutuamente, pero por eso no diríamos que esa amistad puede convertirse en una relación de pareja. Faltaría algo más.
En la misma línea, existen parejas que en la convivencia diaria forman un “buen equipo”, sobre todo con respecto al trato con los hijos,sus miembros se ayudan y se tienen mutuamente en cuenta, pero los cónyuges tienen la sensación de que, simplemente, es como si convivieran bajo el mismo techo con un buen amigo, no con una pareja. Triste experiencia.
La pareja tiene que tener un componente de atracción –que no siempre pasión- que marca, inevitablemente, la diferencia. La atracción hacia tu pareja que te hace sentirte con la necesidad de buscar el contacto físico con ella, aunque sea con un simple abrazo mantenido; la atracción que te hace desear estar al lado de esa persona porque, seamos realistas, en la pareja uno no debe acostumbrarse a estar solo.
De manera que sí es posible que haya características de una buena amistad que se den en una relación de pareja, como una buena comunicación y apoyo, pero hace falta una atracción hacia la otra persona que te haga querer estar a su lado, buscar su presencia y sentir que compartir con ella el día a día es de una cualidad diferente que hacerlo sola.
La atracción también implica que tu pareja te aporta algo, te enriquece como persona, eres capaz de crecer al lado de ella. Te puede aportar su manera austera de administrar el dinero o su actitud en la convivencia de no reprochar y valorar a la persona como es. La atracción hacia tu pareja también implica cierta admiración hacia ella.
Siempre digo que vivir en pareja es para compartir la vida y crecer juntos. Y compartir la vida no es sólo repartir las tareas y responsabilidades familiares, que lo puedes hacer con un amigo, sino querer caminar juntos en la vida en una misma dirección. Porque nos sentimos comprometidos, porque nos atraemos mutuamente. Esto es diferente de una amistad, por buena que sea.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce