¿Sabes enfadarte sin ira? | La psicóloga en casa >

Blogs

Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

¿Sabes enfadarte sin ira?

 

Hay quien sigue pensando que no hay que enfadarse nunca, pero yo opino que es legítimo enfadarse para expresar lo que nos duele, siempre que no acabemos… dejándonos llevar por la ira.

Cuando escuchaba a alguien cercano decir de ella que no se enfadaba nunca porque se consideraba a sí misma persona de buen carácter, yo constataba, en algún momento, cómo sus enfados existían y, además, eran mucho más temibles que los de otro acostumbrado a expresar su malestar. ¡Cuidado con aquellos que van de buenos!

Todos tenemos que aprender a enfadarnos de manera sana, quizás porque en la educación recibida no nos han enseñado a lidiar con los sentimientos negativos, más bien a reprimirlos y mirar para otro lado, como si no existieran.

En primer lugar, y parece lo más obvio, si te sientes que “te hierve la sangre”, espera a tranquilizarte para expresar tu enfado. No es sano que te dejes llevar por la ira y se te vaya la fuerza por la boca diciendo cosas hirientes que no sientes y de las que luego te puedes arrepentir.

Dejarte llevar por la ira es invalidar lo que quieres expresar. Si te has sentido injustamente tratado, por ejemplo, es probable que ese mensaje legítimo no pueda llegar al otro si te pierdes en gritos y descalificaciones. La alteración que entonces manifiestas es como el oleaje agitado de un lago que impide que se vea el fondo de lo que necesitas verbalizar.

Todo el mundo se queda, entonces, con tus formas “salidas de madre” más que con el sentido de por qué estás molesto. El otro no sabrá qué es lo que tiene que mejorar si tú acabaste fuera de ti. Recuerda, tienes derecho a expresar lo que te ha molestado pero, para ello, cálmate para no perder los nervios.

“Ahora estoy muy alterado y prefiero hablar en otro momento cuando esté más tranquilo”, puede ser tu respuesta si te preguntan qué te pasa. Estate en silencio, callado, no remuevas el tema cuando lo que necesitas ahora es dejarlo reposar para que puedas ver con más claridad.

Y cuando decidas hablar, hazlo sin atacar al otro (¡“tú te crees que tengo que bailar a tu son!”), sino diciendo de manera clara y concreta lo que te ha molestado: “Me ha molestado que hayas hecho un plan con amigos sin haberme dicho nada para que me planifique”.

Di cómo te sientes :” No me he sentido tenido en cuenta”, y ofrece soluciones para una próxima vez: “Prefiero que me avises con antelación para que yo haga mi plan”. De esta manera, las discusiones serán menos intensas y más constructivas, porque podréis aprender a mejorar vuestra relación.

Todos nos equivocamos y metemos la pata, no pienses que la otra persona ha ido a hacerte daño deliberadamente porque, entonces, reaccionarás como un animal herido. Cálmate y encontrarás la mejor manera para expresarte.

 

Caminamos…Belén Casado Mendiluce

belencasadomendiluce@gmail.com

www.psicologiapersonalizante.com

 

Temas

Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


octubre 2016
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31