No te preocupes por dejar constantemente claro a tus hijos lo que se debe o no se debe hacer.
No grites, No insultes, No mientas, No impongas tus decisiones al otro, Pide perdón, No cuentes las intimidades del otro, No te burles, No amenaces…
Como si fueras un policía
Pero no lo eres, ni sería bueno que lo fueras.
No es bueno que seas alguien que dice, en cada momento, lo que se debe o no hacer. Eso es desgastante para ti y acabas perdiendo los nervios.
Eres su madre/padre, alguien que quiere a su hijo y que quiere darle lo mejor.
Lo mejor es tu propia vida
Tu propio ejemplo.
Porque si no lo tienes, tu hijo sabrá que no podrá confiar en ti. Que tus palabras no concuerdan con cómo eres, que se las lleva el viento…
Que tu vida no es un espejo en el que mirarse.
Preocúpate por ser mejor persona en vez de adoctrinar a tus hijos. Ellos notarán lo que es importante para ti en la vida…y te seguirán.
Preocúpate tú por ser honesto en tu propia vida y todo lo demás, con tus hijos, vendrá por añadidura.
La educación se basa en el ejemplo que tú eres, no en un código de normas morales.
No es tan difícil educar. Sólo se necesita ser una persona honesta y humilde.
Eso es lo más difícil.
Porque también puedes pedir perdón a tus hijos.
¿Qué mejor ejemplo?
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com
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