Decir la verdad en algo importante es más liberador que mantener las formas. Es mejor decir: “no quiero tener relación contigo”, que hacer como si no pasara nada. La verdad te permite ser tú y hacer caso a lo que sientes.
Puede que tengas miedo a las consecuencias de tu sinceridad: que hablen mal de ti o que te sientas solo, pero tu honestidad siempre es el mejor premio aunque sea pagando el precio de quedarte solo.
Si mantienes las formas, te traicionas a ti mismo, pasando por alto tus sentimientos pero, aunque a estos no les prestes atención, no dejarán de estar presentes.
Haciéndose de notar
Llamando a tu puerta, una y otra vez,
para que les hagas caso.
Y cada vez tu malestar será mayor, como quien huye de sí mismo corriendo hacia delante.
Alienándote de ti mismo
Dejando de saber quién eres.
Di la verdad, sin rabia en tu expresión, pero con la confianza de quien hace caso a su interior. No te hace falta nada más.
Decir la verdad te libera del peso de los debería, los tengo que, que condicionan tu mente y la convierten en una esclava de lo que se espera de ti.
La verdad te hace libre para ser tú, para ser protagonista de tu propia vida en vez de dejarte llevar y para encontrar el camino de cómo quieres vivir en vez de no encontrar un sitio en la vida.
La libertad bien merece la pena.
Caminamos….Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com
www.psicologíapersonalizante.com