El cariño se da y se recibe libremente, no te conviertas en un mendigo del cariño, que se arrastra por migajas.
No vayas dando lástima para provocar el que te den cariño.
Si tienes necesidad de desahogar tu dolor hazlo,
pero no esperes que te quieran más por ello
ni te tengan en mayor estima.
No acabes haciendo lo que el otro espera de ti,
para que así te quiera más.
El otro te querrá si tiene voluntad de quererte,
no porque tú accedas a lo que él te pide..
No dejes pisotear tu dignidad,
por querer caer bien a los demás.
Sólo te tratarán como un mindundi,
una persona sin importancia.
Tienes que ser tú mismo,
con tus límites que no dudes en poner a los demás
cuando haga falta
y aunque te reprochen tu forma de ser.
Ser tú tiene su precio,
el precio de afrontar las consecuencias de las decisiones de los demás,
para el que tu autoestima te tendrá preparado.
Ser mendigo tiene su precio,
El precio de no ser dueño de tu propia vida.
Lo contrario de un mendigo
es alguien con consciencia de sí mismo.
Trabaja por conocerte y ser tú,
alguien que se valora a sí mismo.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com
www.psicologiapersonalizante.com