La vida cambia constantemente, y tú con cada cambio…te dejas la piel.
Te gustaría vivir con menos miedo los cambios, pero no puedes evitar sufrir
la inseguridad y la incertidumbre ante lo desconocido.
El cuerpo te tiembla, un nudo te atenaza en el estómago,
y te sientes como si te fuera la vida en ello.
Date cuenta de tus sentimientos, no pretendas
hacer como si la historia no fuera contigo, mirando hacia otra parte.
Tienes miedo, esa es la palabra que define lo que sientes
y no tienes por qué avergonzarte de ello.
Tómate un tiempo para respirar tranquilamente y serenarte.
No pretendas convencerte desde la cabeza de lo absurdo de tus sentimientos.
La teoría ya te la sabes.
Tienes que bajar de la cabeza al cuerpo para entender lo que te pasa.
Acoge tus sentimientos como quien da un abrazo cariñoso
a lo que sientes aunque no te guste.
No rechazas nada dentro de ti,
lo dejas estar a tu lado aunque te incomode.
Sigue tus actividades diarias aunque sientas miedo,
haz las cosas lo mejor que puedas y valórate por ello.
Tu miedo no es tu enemigo contra el que luchar.
Tu miedo necesita de tu cariño y comprensión.
No se la niegues.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com
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