Todos, en un momento u otro, nos sentimos culpables. Veamos cómo abordar este sentimiento para evitar que nos agobie.
La culpa paraliza
Te crees que sintiéndote culpable vas a redimir la falta cometida, limpiar tu conciencia, pero sólo consigues dar vueltas en tu pensamiento a lo ocurrido, metiéndote en un bucle del que no sales y acompañándolo con un estado de ánimo destructivo para ti mismo.
Con la culpa no llegas a ninguna parte
La culpa te deja sin herramientas, sin recursos para afrontar tu malestar. Porque puede que te sientas limitado en tus acciones, que no respondas como desearías o que te arrepientas sinceramente de una falta cometida.
Pero fustigándote a ti mismo sólo consigues empequeñecerte aún más. Y sintiéndote infravalorada como persona, no puedes ayudarte a ti misma.
Muchas veces, detrás del sentimiento de culpa está el sentimiento de rabia. Escucha ese sentimiento dentro de ti y podrás darte cuenta de que hubo vivencias concretas de tu experiencia que te dieron rabia y que te impulsaron a actuar como lo hiciste.
Te sientes culpable porque previamente te sentiste rabioso.
Examina la rabia dentro de ti y escribe varias frases que comiencen: “me da rabia…(algo claro y concreto)”. Puedes darte cuenta de que detrás de tu sentimiento de culpabilidad hay sentimientos de dolor y frustración no expresados.
Parte importante de la sanación de la culpa implica la actitud de perdón hacia ti mismo. Perdonarte con humildad y sinceridad, perdonarte desde la comprensión de que hiciste lo que pudiste con el nivel de consciencia que tenías.
Perdonarte aunque no te perdonen.
Porque, muchas veces, tú eres tu mayor juez, un juez implacable y severo que no deja espacio a la paciencia y la comprensión hacia ti mismo. Un juez que busca castigarse a sí mismo con la mayor dureza posible, impidiendo el propio perdón.
Pero nada se construye desde el rechazo hacia uno mismo.
Los cimientos de tu personalidad siempre serán los aspectos positivos de tu forma de ser y, desde ahí, puedes crecer y mejorar como persona.
Valórate aunque cometas fallos
Porque tú vales no a pesar de los fallos, sino con ellos.
Siempre habrá piedras en el camino, pero tú no tienes que llegar a ninguna meta sino, simplemente, vivenciar el camino, tal como es, aquí y ahora.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com