-Paciente (P): Buenos días, Belén. Vengo a tu consulta porque quiero ser más competente en mi trabajo. Me suelo agobiar con las cosas nuevas que tengo que aprender y me bloqueo. Me pongo ansioso y no consigo ir solucionándolas sino con mucho esfuerzo y hasta malestar. Me gustaría estar más tranquilo, con más confianza en mí mismo porque luego, en la realidad, me demuestro que soy capaz de resolver los problemas.
-Terapeuta (T): Dices que te pones ansioso y con malestar. ¿Eres consciente de lo que te sueles decir a ti mismo cuando te sientes así?
-P: Cuando tengo que resolver algo nuevo me pongo delante del ordenador y ya empiezo a temblar. Miro los informes una y otra vez y, aunque en el fondo sé que soy capaz de solucionarlo, me pasa incluso que teniendo delante la respuesta, no la veo. No me doy mucha cuenta de si me digo cosas negativas pero sí sé que empiezo a dudar de mí mismo y tardo mucho más en hacer el trabajo que si estuviera relajado.
-T: Te das cuenta de que tienes el cuerpo alterado: te tiembla y no ves lo que tienes delante. Si empiezas a dudar de ti mismo es que sientes miedo y, en realidad, los síntomas de tu cuerpo reflejan ese sentimiento de miedo interno.
-P: ¿Miedo interno…? No se me había ocurrido que fuera así…….pero tienes razón con que los síntomas físicos tienen que ver con el miedo… …(Silencio) Sí, en realidad, ahora que lo dices, tiemblo de puro miedo. Me da miedo equivocarme, que alguien me diga que no sé hacer bien mi trabajo, que me venzan los plazos y no pueda entregar los informes, me viene la imagen de todas las cosas horribles que me pueden pasar…Uff, no me había dado cuenta de ello hasta ahora. Y la verdad es que por el miedo acabo cometiendo errores tontos.
-T: Siendo consciente ahora del miedo que tienes, necesitas hacer, en primer lugar, una relajación diaria preparando tu cuerpo para que, a lo largo del día, pueda afrontar los problemas que le lleguen con otra tranquilidad física. Además, cuando tengas delante la tarea nueva, recuérdate que eres capaz de resolver los problemas, como así lo demuestras en la realidad. Prepara tu mente con frases del tipo: “aunque sea una tarea nueva, soy capaz de resolverla”, “voy a estar tranquilo para hacerlo lo mejor que sepa”, y respira despacio mientras las dices. Con tus palabras, recuérdate de una manera sencilla que, en la práctica, pones empeño e interés en sacar las tareas adelante. ¿Cómo te llega lo que te digo?
-P: Pues me llega bien. Creo que tienes razón y voy a buscar, aunque me cueste, un momento en el día para relajarme. También me diré las frases que has dicho porque me han parecido acertadas y me pueden ayudar a no estar tan ansioso. Gracias por tu ayuda, Belén y la próxima consulta te contaré cómo me ha ido.
-T: Estoy convencida de que irás consiguiendo estar más tranquilo. Hasta pronto.
*Este consultorio es una recreación ficticia de una sesión de terapia, que no responde a ningún paciente concreto.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce