“Quiero ser menos indecisa”
-Paciente (P): Buenos días, Belén. Vengo a tu consulta porque quiero ser menos indecisa. Me entran dudas hasta de la ropa que me voy a poner por la mañana o de qué pedir para comer en la Universidad. Le doy tantas vueltas a las cosas para decidirme que acabo eligiendo cualquiera. Siempre estoy pensando que he elegido equivocadamente y nunca me quedo satisfecha
-Terapeuta (T): Para confiar más en ti misma necesitas aprender, en primer lugar, a tomar decisiones. Al principio, con respecto a cosas sencillas como qué vestirte, qué comer o qué comprar en el supermercado. Se trata de que elijas dejándote guiar por lo que más te apetezca o te guste en el momento.
– P: ¿Y qué pasa si me equivoco? ¿Si lo que realmente me sentaría mejor es otra cosa diferente de la que he elegido? ¿Qué hago entonces?
– T: Pongamos el caso de que dejas preparada la víspera la ropa que te pondrás al día siguiente. Elige en función de lo que te apetece ponerte y del ánimo que sientas. Una vez que hayas decidido, deja la ropa ahí y ponte a hacer otra cosa. Salvo que al día siguiente salga un día lluvioso y tengas que ponerte otra prenda, quédate con tu elección y no la cambies. Ya te darás cuenta a lo largo del día si te sientes a gusto con lo elegido. Eso es empezar a confiar en tus decisiones, tomar conciencia de que lo que has decidido es lo mejor para ti y que así está bien.
-P: Entiendo lo que quieres decir, que no cambie sino que lo que decida, salvo excepciones, lo mantenga hasta el final. No se me había ocurrido pensar que lo que yo decida puede ser lo mejor para mí; me ayuda mucho eso, la verdad.
-T: Date cuenta de que tu decisión, sea la que sea, está bien para ti, porque es la que tú has elegido. Toma conciencia de que eres capaz de saber lo que más te conviene, que tu forma de pensar tiene valor y así te quedarás más tranquila con lo que hayas decidido.
-P: ¿Y cómo tengo que tomarme el haberme equivocado?
-T: Como la manera de ir sabiendo cuáles son tus gustos o preferencias que, muchas veces, se descubren sobre la marcha. De manera que la próxima vez puedes decidir otra cosa porque te has dado cuenta de que es lo que te apetece o lo que mejor te sienta. Pero no tengas miedo a equivocarte sino que date cuenta de que te preocupas por decidir lo más conveniente para ti.
-P: Gracias, Belén. Me ha servido mucho lo que me has dicho. Voy a dejar de cambiar tanto en mis decisiones y a confiar más en que lo decida. Hasta pronto
-T: Me alegro de que estés mejor. Ya me irás contando cómo te va. Hasta la próxima.
*Este consultorio es una recreación ficticia de una sesión de terapia, que no responde a ningún paciente concreto.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce