-Paciente (P): Buenos días, Belén. Me he decidido a venir a verte porque tengo un problema y es que desconfío de los demás. No acabo de estar relajada con las personas sino que estoy en guardia, casi sin darme cuenta. Me dicen que soy algo distante y reconozco que tienen razón, pero luego pienso: “¿quién me dice a mí que esa persona no va a cambiar?”.
-Terapeuta (T): Esa desconfianza responde a algo. ¿Has vivido alguna situación en la que hayas confiado plenamente en alguien que luego te ha defraudado? Y no me refiero a algo puntual sino mantenido en el tiempo.
-P: (Se queda un rato callada…) Sí, estuve en pareja varios años y yo tenía la imagen de que esa persona y yo seríamos felices juntos, pero cuando empecé a querer desarrollar mi trabajo, se volvió celosa y controladora, haciendo la convivencia insoportable. Bien es verdad que yo, por entonces, era muy joven y estaba muy enamorada de él, creyéndome todo lo que me decía. Ya han pasado años de aquello y con mi pareja actual, que no tiene nada que ver con la anterior, sigo desconfiando; vamos, que pienso que me la puede jugar.
-T: Probablemente, esa pareja que tuviste ya era así desde un principio, sólo que por tu juventud no te dabas cuenta de ello y cuando empezaste a ser más independiente salieron a la luz las actitudes controladoras y de dominio de él. Tú no estabas preparada para ver y darte cuenta de cómo era, en realidad, la persona que tenías delante. Y la explicación que te diste ante la mala relación de pareja que estabas viviendo fue que él había cambiado. De ahí tu miedo y desconfianza a que la situación se vuelva a repetir.
-P: (Se queda en silencio…) Creo que tienes razón en todo lo que dices. Yo estaba ciega por él y no veía como era. Y ahora tengo miedo a que la pareja con la que estoy me mienta y me engañe como hizo la anterior, ¿Qué hago?
-T: Para empezar, apóyate en lo que ves, en los hechos, no tanto en palabras bonitas. Tienes ahora otra edad y otra madurez para darte cuenta de cómo es la persona que tienes al lado, y lo que es más importante: QUIERES VER, no autoengañarte para seguir al lado de nadie. En esa actitud de querer ver te tienes que apoyar para ir eliminando ese miedo y desconfianza del otro. Si observas algo que no te gusta lo vas a decir y vas a actuar en consecuencia como tú creas.
-P: Sí, yo ya no aguanto nada que me haga daño y la verdad es que mi pareja actual me trata muy bien y, en ese sentido, no tengo ninguna queja de ella. Tienes razón de que me apoye en lo que veo y que si veo algo que no me gusta sé que voy a reaccionar, así que no necesito tener miedo a que el otro cambie. Gracias, Belén, por tu ayuda porque ahora me siento mucho mejor.
-T: Me alegro que sea así. Ya me irás contando cómo te va. Hasta pronto.
*Este consultorio es una recreación ficticia de una sesión de terapia, que no responde a ningún paciente concreto.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce