Cuando te sientes como te sientes: desanimado, sin ilusión o triste, lo mejor que puedes hacer es no resistirte a ello. Sin analizarlo en tu mente ni preguntándote el por qué estás así, no pretendas estar mejor de lo que estás ni te enfades contigo mismo por sentirte así.
¿Que no te salen ganas de hablar cuando habías quedado con ese buen amigo? ¿Que te sorprendes siendo más celoso de tu pareja de lo que pensabas de ti? Obsérvate sin culpabilizarte por ello y estate atento a lo que sientes sin pretender dar una imagen de madurez que ahora no tienes.
Resistirse es pretender estar siempre bien, siempre con buen ánimo, con las palabras adecuadas o la madurez que tú esperas de ti. Pero como sin saber por qué, a veces, te pillas comportándote de una manera que no te agrada de ti, es mejor que te dejes tranquilo y reconozcas con humildad que no puedes, en este momento, hacer más de lo que haces.
Eso sí, date cuenta de cómo te sientes, sin mirar para otro lado como si la historia no fuera contigo. No te fuerces a estar simpático cuando no te sale pero tampoco digas que no te pasa nada cuando te lo pregunta alguien cercano. Mejor ser honesto y, dependiendo de la confianza que tienes con el otro, di lo que te pasa o, simplemente, quédate en silencio. Pero no te autoengañes diciéndote que no tienes ningún problema.
Si te resistes, entras en lucha contigo mismo, te pones en tensión aunque sea inconscientemente y además no consigues, de ninguna manera, cambiar de actitud. La resistencia te reafirma más en el malestar que sientes. Necesitas tiempo y paciencia contigo mismo para que las aguas vuelvan a su cauce, necesitas aprender a convivir con lo que no te gusta de ti.
Sé que no es agradable sentirse mal cuando preferirías tener otro ánimo, pero estar bien con uno mismo no significa que siempre tengas que sentirte bien. Puedes estar bien contigo aunque ahora tu estado de ánimo no sea el que te gustaría, pero te das permiso para estar así, y eso te da paz.
El estar bien es mucho más que la ausencia de problemas aunque, lógicamente, ayuda. El estar bien es tu actitud para afrontar lo que te surge y, por eso, no depende del exterior sino de ti mismo. Si contigo mismo eres capaz de acoger con cariño lo que sientas, aunque no te agrade, podrás estar bien.
Caminamos… Belén Casado Mendiluce