-Paciente (P): Buenos días, Belén. Desde la última vez que estuve aquí he intentado con mi jefa ser más asertiva cuando se enfrenta a mí, pero me cuesta bastante. Me gustaría seguir practicando contigo el ejercicio que hicimos de la silla vacía para poder sentirme más segura a la hora de hablar con ella.
-Terapeuta (T): De acuerdo. Vas a coger esa silla de la sala y la vas a colocar enfrente de la tuya a la distancia que quieras. Y en esa silla vas a imaginar que está sentada tu jefa, ¿Cómo te sientes frente a ella ahora?
-P: Pues incómoda, la verdad, con miedo de ver cómo va a reaccionar.
-T: Quiero que te acuerdes de la última situación que has tenido con ella y que pienses, en un diálogo de tú a tú, qué es lo que te gustaría decirle.
-P: (Bajando el tono de voz…) Mira Rosa, en el último trabajo que te entregué tarde he tenido que esperar a que me llegaran unos balances que estaban pendientes…
-T: Date cuenta de que le estás hablando con miedo y con un tono de voz bajo, así que vuelve a decirle lo mismo pero con un tono de voz más firme y seguro.
-P: (Se queda un rato en silencio…y cambia el tono de voz). Rosa, en el último informe faltaban datos en los balances y yo te he entregado el trabajo en cuanto he solucionado el problema. (Se vuelve a quedar en silencio y respira profundamente…) Intento hacer mi trabajo lo mejor posible y, en ocasiones, pasas directamente a echarme la bronca sin preguntarme qué es lo que ha pasado, y eso me da mucha tensión en el trabajo.
-T: ¿Cómo te sientes diciéndole esto?
-P: Uff…me veo rara hasta yo misma de hablar así…pero me siento tremendamente liberada de decirle esto. Es lo que he pensado muchas veces en mi cabeza que le diría y creo que se lo estoy diciendo de forma educada, con lo que no me puedo reprochar nada.
-T: ¿Te has dado cuenta de la diferencia en tu tono de voz en la segunda forma en la que has hablado?
-P: Sí. La segunda vez he hablado más convencida de mí misma y menos pendiente de cómo fuera a reaccionar. Me he centrado en lo que quería decirle y me he quedado a gusto de cómo me ha salido, la verdad. Me ha servido mucho el ejercicio, Belén.
-T: Me alegro que haya sido así. Nos volveremos a ver para que me cuentes cómo te ha ido hablando con tu jefa. Estate lo más tranquila posible. Hasta pronto.
*Este Consultorio es una recreación ficticia que no responde a ningún paciente concreto.
Podéis encontrar la 1ª parte en el siguiente enlace:
https://blogs.diariovasco.com/lapsicologaencasa/2012/12/03/tengo-miedo-de-ir-a-trabajar/
Caminamos…Belén Casado Mendiluce