-Paciente (P): Hola Belén. Desde la semana pasada, con lo que hablamos, me estoy sintiendo rara. Me estoy dando cuenta de que intento darle cariño y comprensión a mi marido, con la esperanza de que cambie y me trate mejor, pero la verdad es que no cambia de forma de ser.
-Terapeuta (T): Parece que tú crees en el amor incondicional, ese en el que sigues dando amor aunque la otra persona te haga sufrir.
-P: (Se queda un rato pensativa…) Tal como lo dices, suena fatal, pero es verdad que, en el fondo, pienso que el amor mueve montañas. Siento que tengo mucho amor para dar y…
-T: …y también mucha capacidad de sufrimiento. Parece que te sientes realizada en el papel de “salvadora” con tu marido.
-P: ¿Qué quieres decir con lo de “salvadora”?
-T: Que parece que tiene sentido para ti el amar a alguien para salvarle de sus miserias y defectos, que se convierta en una mejor persona gracias a ti y a tu amor.
-P: (Se queda un rato en silencio…) ¿Y no se puede conseguir?
-T: Nadie cambia por mucho amor incondicional que se le dé, sino porque está abierto al cambio. Lo que me llama la atención es que te parezca más importante conseguir que tu marido cambie que el que te quiera.
-P: ¡Es que si cambiara me querría más, Belén!
-T: Y, sin embargo, en el presente, sufres mucho. ¿Ese es el precio que crees que tienes que pagar para que te quieran, el sufrir?
Dime, ¿en el pasado has vivido situaciones en las que has tenido que sufrir durante mucho tiempo?
-P: Uff, vaya tema que me sacas ahora… (Se queda en silencio…) Sí, en la infancia lo pasé fatal en el colegio durante muchos años porque me trataban muy mal y, a la vez, aguantaba, porque quería tener amigas, pero no lo conseguí.
-T: Ahí está la raíz de lo que te está pasando ahora, el que te hayas acostumbrado a sufrir para conseguir que te quisieran ¿te das cuenta?
-P: (Se queda en silencio…) ¡Qué fuerte todo lo que está saliendo ahora! Me parece increíble que haya estado repitiendo el mismo esquema todos estos años, pero me encaja lo que me has dicho, es como si algo dentro de mí hubiera hecho “clic”.
-T: Vamos a parar aquí porque necesitas reposar y sentir todo lo que ha salido, que ha sido muy revelador para ti. Cuídate y nos vemos la semana próxima.
-P: Gracias, Belén. Hasta pronto.
*Este consultorio es una recreación ficticia que no responde a ningún paciente concreto.
Podéis encontrar la 1ª parte en el siguiente enlace:
**Con motivo del 20 aniversario del Koldo Mitxelena, hoy a las 7:30 de la tarde, se dará un recital de poesía y música. Animaros.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce