Deja de fijarte en tus carencias. Tienes la suerte, por ejemplo, de disfrutar de una buena relación de pareja, y te preguntas si, además, tendrías que saber vivir solo, porque sabes que la soledad te agobia y te inquieta, es una asignatura pendiente para ti, como para la mayoría de personas, en verdad.
Pero, de la misma manera que otros encuentran amistades para estar acompañados los fines de semana, tú has podido encontrar una compañera con la que sintonizas. Disfruta de lo que tienes sin sentirte culpable.
Como puede que te sientas culpable por trabajar sin estrés como la mayoría de gente que conoces, a la que no puedes decir que desayunas sin prisas y que aprovechas para dar un paseo al finalizar el día. Parece que te sintieras fuera de este mundo.
Ese sentimiento de culpa y esa exigencia que tienes hacia ti mismo sabes que lo has aprendido de la educación religiosa que recibiste. Una mala-educación en la que se te enseñó a llevar la atención siempre a lo que tienes que mejorar y a no estar nunca contento contigo mismo. A veces, te vuelven los ramalazos de esa vieja sensación de que, en el fondo, eres un ser egoísta que no merece ser querido por ser como eres y por vivir como vives. Esto último que te digo te suena, ¿verdad?
No te exijas ser maduro en todos los aspectos de tu vida. ¿Que te ves más para vivir en pareja que solo?¿Que otros son capaces de irse de viaje en solitario y tú no concibes la idea? ¿Y qué?
En esta vida no se trata de tener que demostrarse nada. Ni que eres autosuficiente e independiente, ni que tienes suficientes amistades con las que contar, ni que no necesitas a nadie para sacarte las castañas. Cada uno vive como puede. De lo que se trata es de valorar tu forma de vida porque te ayuda a sentirte bien contigo mismo y con los demás.
No hay un baremo o una tabla en la que medirse ni en la que compararse con los demás. Sólo estás tú para saber si tu vida te satisface o no. Y siempre, será más importante valorar lo bueno de ti y de tu forma de vida que el estar pendiente de lo que te quede por alcanzar.
Caminando…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com
*A partir de ahora publicaré el post con flexibilidad: una o dos veces por semana. Prefiero escribir dejando tiempo para reposar los artículos y así vosotros podáis saborear más lo leído y yo escriba para ofreceros algo nuevo e interesante. Gracias a todos por seguir ahí.