¡Cómo cambia mi estado de ánimo! Un mañana me levanto alegre y siento que todo va a ir bien durante el día y si, acaso, surge algún revés me siento con energía para afrontarlo. Pero a la mañana siguiente puedo levantarme taciturna y seria, como si comenzar el día fuera una tarea pesada.
Me doy cuenta de que no puedo evitar sentirme como me siento. Me gustaría que todos los días fueran una inyección de energía positiva en mi cuerpo, que mi cara estuviera distendida y sonriente…pero no puede ser.
A base de acostumbrarme a ello, ya me digo al levantarme: hoy toca día mustio u hoy me siento rara y no sé por qué. Prefiero poner palabras a lo que es evidente ante que querer convencerme de lo que no es, que estoy bien y no me pasa nada; pues no, hoy no es uno de esos días.
Me ayuda mucho el poner palabras a lo que siento, es una manera de situarme y saber de qué estoy hablando. Sé que las palabras nunca pueden abarcar toda la realidad, pero me colocan en el sitio más aproximado a donde tengo que estar, no en otro.
Y si hoy no tengo temple, lo digo abiertamente, para que la persona con la que convivo sepa que hoy no estoy para florituras y que no me puede pedir más de lo que hoy puedo dar. A lo largo del día me suele preguntar: “¿Cómo estás?” Y yo le respondo: “Como puedo”.
En ocasiones, siento rabia por estar a merced de sentimientos tan cambiantes, como si fuera un signo de debilidad o inestabilidad el no sentirse cada día alegre y contento. Pero me doy cuenta de que no es así, que la inestabilidad viene de no aceptar como estoy hoy, que puedo estar medianamente bien conmigo misma aunque no esté todo lo simpática y alegre que me gustaría, qué le voy a hacer.
¡Cuántas veces me tengo que recordar!: “Belén, déjate en paz…haces lo que puedes” Un sonsonete que me ayuda a no forzarme a agradar más de lo que me apetece y a valorar lo que esté haciendo aunque no esté al nivel de lo que espero de mí.
La verdad es que no es agradable pasar el día de “bajón”, pero si me permito estar como puedo, el ánimo se va asentando, como si encontrara un apoyo en mi interior que está más allá de los vaivenes. Me alegra sentir que existe ese lugar dentro de mí en el que …yo no soy sólo lo que siento.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce