El hombre paseaba por el bosque en compañía del Maestro. Se le notaba
preocupado y callado, y el Maestro permanecía a su lado respetando su
necesidad de silencio.
-“Maestro, mi mujer me dice que nuestra relación no funciona. Que ya no soy
tan comunicativo ni cariñoso con ella.”
“Es verdad que ya no me expreso tanto como antes, pero es que no necesito
estar demostrándole constantemente con palabras ni gestos mi cariño hacia
ella porque en realidad ya sabe que la quiero.”
El Maestro siguió andando en silencio un buen rato hasta que ambos se
encontraron que ya no había más camino para continuar paseando por él. Se
pararon y, entonces, el Maestro preguntó:
-“Dime, amigo, ¿por qué no podemos seguir caminando por el bosque?”
-“Porque ya no hay sendero por el que podamos continuar, Maestro.”
-“Tú lo has dicho. Cuando deja de frecuentarse un sendero en el bosque, éste
lo cierra y lo borra, dejando de existir.”
“De la misma manera, tú has dejado de frecuentar el camino de la
comunicación y del afecto con tu mujer, y tu relación de pareja se está
resintiendo, lógicamente, por ello.”
“Nunca des nada por supuesto. Vuelve al camino que habías abandonado y
vuestra relación mejorará.”
El hombre se quedó en silencio dejando sentir en su interior las palabras del
Maestro. En verdad, algo se había movido en su interior.
Autora: Belén Casado Mendiluce
Caminamos…Belén Casado Mendiluce