Tus sentimientos son importantes. Son como una llamada a tu puerta, insistente, reclamando tu atención para que les hagas caso. Tus sentimientos están ahí porque necesitan decirte algo importante para ti. Escúchalos.
Puede que intentes distraerte haciendo otras cosas para, inconscientemente, desviar tu atención de lo que puede ser un sentimiento incómodo de rabia, tristeza o dolor. Pero no por mirar hacia otro lado, tu sentimiento va a desaparecer. Sigue ahí, esperando la ocasión para hacer notar su presencia.
Tus sentimientos no están en ti para fastidiarte ni hacerte la vida imposible, sino para que los reposes y los dejes sentir y así te puedas liberar de ellos. Si sigues teniendo un sentimiento que te incomoda, párate y déjalo sentir para que esa energía fluya dentro de ti y te lleve a reaccionar.
Tus sentimientos necesitan que tú actúes, no sólo que te quejes y digas lo que piensas. Porque ¿de qué sirve seguir quejándose si las cosas que te duelen no cambian? ¿No sería mejor que cambiaras de actitud y así tuvieras en cuenta lo que necesitas?
Puede que una amiga no cuide la relación como antes y tú, a pesar de todo, quedes con ella con naturalidad, ya que te agrada su compañía. Te crees que has aprendido a aceptar lo que te dan sin más exigencias. Pero conforme van pasando los días te quedas mal, sigues teniendo un sentimiento de rabia hacia tu amiga por no cuidar la amistad. Tu sentimiento de rabia te pide que le hagas caso, que cambies de actitud con tu amiga ya que aceptar lo que ella te da no te es suficiente, ya que estar con ella como si no pasara nada va en contra de tus sentimientos.
¿Qué hacer? ¿Cómo puedes cambiar de actitud? Cada situación requiere una respuesta distinta pero, desde luego, no hagas como si no pasara nada. Sobre todo, por ti, porque poner buena cara, quitar hierro al asunto, te va a dejar enfadado contigo mismo porque no has tenido en cuenta tu malestar y éste va a seguir ahí presente hasta que tomes cartas en el asunto.
Eso sí, cambiar de actitud te expone a que haya una cierta ruptura. Que tu amiga ya no quiera quedar contigo porque tú le pidas más de lo que te quiera dar pero es que, además, tú ya no estás relajada con ella. Que tu pareja quiera hacer su propia vida porque tú no accedes a pasar por el aro de sus planes.
De cualquier forma, actúes como actúes, sentirás que haces caso a tus sentimientos, y estos se diluirán sin molestarte más porque estás siendo consecuente entre lo que sientes y cómo actúas. Sentirás una liberación y te sentirás en paz porque, por fin, habrás sido honesto contigo mismo.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com