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Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

¿Por qué nos arrastra lo negativo?

 

Todos experimentamos situaciones en las que acabamos viendo las cosas tan negativas como la persona que tenemos al lado, haciendo honor al dicho de: “todo se pega menos la hermosura”.

¿Por qué nos resulta más fácil dejarnos llevar por las características negativas de la persona con la que convivimos que por sus cualidades? Es un interesante enigma sobre el que quiero poner algo de luz hoy aquí.

Resulta que convivimos con alguien que con frecuencia dice palabrotas al hablar, y nosotros casi acabamos haciendo lo mismo. O nuestra pareja tiene por costumbre criticar determinados comportamientos que nosotros acabamos viendo con los mismos ojos, cuando antes no lo hacíamos.

Podríamos “copiar” lo que del otro nos ayuda a crecer como personas y nos hace sentirnos mejor pero…para todos es más fácil dejarse arrastrar por la inconsciencia y la inercia y acabar repitiendo actitudes de la otra persona sin cuestionárnoslas mucho. Más trabajo personal nos lleva mejorar como personas que dejarnos llevar sin cuestionarnos por lo que está ahí.

Bien es cierto que cuando se lleva mucho tiempo al lado de alguien, para economizar nuestra energía física y mental, y no estar chocando constantemente con nuestra pareja, -ya que sabemos inconscientemente que esa persona por mucho que lo intentemos no va a cambiar- acabamos por amoldarnos y conformar nuestra forma de ser a la de la otra persona.

Me gusta pensar que se convive en pareja para compartir la vida y crecer juntos. Pero cuando uno de los dos no se cuestiona mucho sus actitudes negativas, para la persona que convive con ella resulta difícil no contagiarse de ellas y acabar conformando su forma de ser al otro para “sufrir menos”.

Pero, en realidad, cuando dejamos de lado nuestra propia personalidad para amoldarnos a la del otro, no sufrimos menos…sino más. Porque se comienza a instalar en la convivencia, inconscientemente, un visitante incómodo y peligroso…el miedo.

Miedo a que el otro se moleste por mi manera de ser, por mis opiniones o por lo que yo haga, y vuelvan a salir a la luz las más que evidentes diferencias que hay entre nosotros. Por dejar de ser como uno es se paga un alto precio en la vida. No se trata de “sobrevivir” en la vida, viviendo de cualquier manera…

Sé tú mismo,…tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

 

Caminamos…Belén Casado Mendiluce

belencasadomendiluce@gmail.com

www.psicologiapersonalizante.com

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Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


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