Deja de esperar que el otro cambie,
porque lo único que tienes que saber
es si tiene voluntad de cambio.
Deja de confiar en la bondad humana
porque es bueno quien te demuestra
que quiere ser buena persona.
¡Ya cambiará!, la edad le hará madurar…
son simples frases desprovistas de sentido,
que te hacen no ver la realidad.
Ni la edad, ni el tiempo mejoran a nadie…
que no quiera mejorar.
¿Cómo se sabe eso?,
¿cómo sé si esa persona quiere cambiar?
Por los actos le reconocerás,
pues a todo aquel que mejora su actitud
se le nota sin dudarlo.
Confía en ti, en tu percepción,
pues tu eres un espejo
en el que se reflejan los demás.
Todo está, pues, a la vista.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiluce@gmail.com
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