Rendirse es soltar amarras, dejar de aferrarse a que las cosas sean de una determinada manera, fluir con lo que es.
Cuántas veces te has convencido desde la cabeza que algo tenía que ser como tú pensabas.
Cuando la realidad te daba otra imagen distinta
Una realidad que era como es, sin posibilidad de cambio, a tu pesar. Una realidad frente a la que luchabas pretendiendo cambiar.
Pero tú, esa realidad, no querías verla
Preferías seguir convencido de que podías hacerla mejor de lo que era.
Que tú podías, que la fuerza de tu amor la podía cambiar
Hubieras ahorrado energía y sufrimiento si te hubieras rendido a lo que es.
Si hubieras entendido que la realidad no puede ser diferente de lo que es.
Que sólo cambia quien tiene la actitud de cambiar y que nadie cambia contra viento y marea.
Si te rindes frente a lo obvio,
tus ojos se abren y son capaces de mirar, por fin.
Y, por fin, actúas
siguiendo tu propio camino,
que no depende del camino del otro.
Caminamos…Belén Casado Mendiluce
belencasadomendiiluce@gmail.com
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