Gisell nos escribe contando que su perro, un mestizo de 4 años y medio, le desobedece en todo y además es agresivo con otra perrita de la casa, una rottweiler cachorrita. Julia Rey (*), la etóloga colaboradora de este blog, responde a su consulta:
“Para poder entender por qué los perros de casa se ponen agresivos los unos con los otros, lo primero que hay que saber es que es relativamente común y que tienen un sistema de organización social.
La agresividad entre perros que conviven en casa es frecuente y responde a una situación de tensión jerárquica entre perros que viven juntos.
Las jerarquías no aparecen de espontáneamente, sino que son un proceso que se inicia desde el preciso instante en que dos perros empiezan a vivir juntos. Para evitar el riesgo que supone una lucha abierta, existe un sistema muy elaborado de comunicación mediante el cual ambos perros clarifican su actitud y su posición, con todo ello, consiguen un estado de equilibrio donde conviven en armonía sin la necesidad de pelearse todo el rato. Si no hubiera una estabilidad jerárquica, se llegaría a situaciones de desequilibrios jerárquicos, llevando a los perros a aumentar su agresividad del uno para el otro o viceversa.
Hay muchas causas habituales que pueden romper la estructura jerárquica como por ejemplo: la madurez de ambos perros, el carácter propio de cada animal, los cambios hormonales, actuaciones de las personas que viven con ellos (muchas peleas entre perros se inician cuando ambos intentan recibir la atención de sus propietarios o simplemente por el manejo erróneo en las pautas de convivencia). Todo ello hace que la cohabitación sea inestable y se consigue que los perros aumenten la frecuencia y la intensidad en las peleas para intentar resolver sus conflictos.
Es muy normal que, en una casa donde vive un perro y se trae a otro nuevo, en un principio el recién llegado no sea aceptado bien, pero con el tiempo y el conocimiento entre ellos, suele mejorar la conducta equívoca.
Para que esa conducta sea la correcta, nuestro comportamiento hacia ellos es muy importante ya que, dependiendo cómo realicemos nuestro manejo, potenciaremos la mala relación entre ellos. Por todo ello, nuestra actitud debería ser siempre neutra (ninguno es más o menos que el otro).
Por otro lado, para que tu cachorra no aprenda malas costumbres ni de ella misma ni de tu otro perro, lo mejor es que a ambos e individualmente les realices algún entrenamiento educativo. “
(*) Julia Rey es etóloga de Kokotea Etología
(**) Si quieres que nuestro etólogo te ayude con tu mascota, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com. Por favor, antes de rellenar y mandar el cuestionario, leer la sección de etología para comprobar que el problema de su perro no ha sido ya consultado por otra persona.
(***) Si estás pensando en mandarnos una consulta, pincha aquí y lee esto antes, por favor
(****) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.