Desde la perrera de Capegabi quieren dar su versión sobre los hechos ocurridos en sus instalaciones el pasado 25 de abril y responder así a la denuncia sobre la que ayer os informé en este blog. Este es el comunicado que envía Capegabi:
“El miércoles 25 de abril de 2012, durante la jornada laboral en la que se encontraban en las instalaciones de CAPEGABI únicamente una cuidadora, y Esteban Martínez, veterinario, se procedió a llevar a la zona de recreo a las perras entre las que se encontraba Zowie. Ésta es una tarea diaria y rutinaria desarrollada, hasta este día, sin mayores contratiempos. Desagradablemente, ese día no fue así. Varias perras, en el momento de volver a ser introducidas en sus jaulas, atacaron a Zowie, ocasionándole diversas heridas por mordedura en distintas partes de su cuerpo. Inmediatamente, fueron separadas del animal herido y éste trasladado a otras instalaciones donde se procedió a dar asistencia y tratamiento veterinario para paliar sus heridas. El tratamiento consistió en limpieza, antibiótico, tratamiento antiinflamatorio y hemostático. Se consideró prudente dejar a la perra en reposo y esperar a que la medicación hiciera efecto.
Los trabajadores de CAPEGABI sienten la mayor preocupación y amor por sus acogidos y por ello, alargando su horario laboral la cuidadora se quedó asistiendo a Zowie mientras el veterinario acudía a una consulta médica personal que no podía desatender. Posteriormente los difamadores, que acudieron varias horas después, desoyendo los consejos de reposo, trasladaron al animal sin advertir en ningún momento al veterinario de este propósito llevándoselo de las instalaciones en un acto que concluyó con la muerte de Zowie.
Centrándonos en las irresponsables acusaciones vertidas TENEMOS QUE DECIR:
PRIMERO: la convivencia de Zowie con sus compañeras no había motivado ningún tipo de sospecha hacia ese desenlace, siendo la actividad de paseo con las perras atacantes algo que se realizaba diariamente sin problemas.
SEGUNDO: no solo se brindó asistencia veterinaria a Zowie sino que ésta fue inmediata y utilizándose todos los medios necesarios para curar sus heridas, siendo rápidamente trasladada a una zona aparte donde estuvo controlada en todo momento por el veterinario en las primeras horas posteriores al ataque y después por la cuidadora anteriormente citada.
TERCERO: los difamadores en ningún momento se pusieron en contacto con el veterinario dado que en ese periodo de tiempo éste no podía disponer de su teléfono por los motivos descritos anteriormente, por lo que es imposible que éste negase la petición de que un colega diese una segunda opinión.
CUARTO: en cuanto a las acusaciones de maltrato, la descripción que se realiza es absurda y esperpéntica, propia de personas malintencionadas cuya finalidad de injuriar y calumniar está muy lejos de la preocupación y el amor por los animales.
POR ULTIMO: tanto los trabajadores como el veterinario de CAPEGABI cobran el salario mínimo y no mensualmente, porque los breves recursos económicos que perciben están orientados siempre y en primer lugar a cubrir las necesidades de sus acogidos.
Es por ello y por lo terrible e injusto de las acusaciones vertidas, que nos vemos en la obligación de tomar medidas legales contra todos los responsables para que, si no es por decencia sí por sentencia judicial, tengan que retractarse de sus abusivos comentarios.
Atentamente CAPEGABI.”