Esperar cosas contradictorias
paga peaje, decía Jean-Claude Kaufmann, sociólogo de las relaciones de
pareja en ‘La Vanguardia’. “Esperas sentirte plenamente libre y
autorrealizado como
individuo, pero a la vez quieres sentirte en comunión cómplice con tu
pareja”.
Estudiar ingles fuera durante una semana acarrea, seguro, alguna marejada, debí de decirme. Más valía aceptarlo.
Asumí los hechos.El arrepentimiento es la más amarga de las pasiones,
dijo Spinoza. Qué triste amargarse un viaje, aunque sólo sea el
desplazamiento, por el sentimiento de culpa. Dijo alguna estudiosa de
la cosa femenina que las mujeres lo arrastramos.
Estos vaivenes de conciencia me llevaron a esperar mi avión una hora
antes de lo necesario. Sentimiento-de-culpa-sí,
sentimiento-de-culpa-no, había olvidado cambiar mi reloj de hora en el
espacio insular.
Las entregadas al análisis no estamos preparadas para la vida viajera,
me dije. Abrí la guía. Las caras sonrientes de sus autores me
espolearon. En aquellos años de juventud, espera, pesar y fiestas, ¿por
qué no me preparé para un destino viajero?