Por fin una sala de cine. Es que no me lo creo. Esto es vida. Placeres olvidados. Qué butacas tan cómodas. Mmmm. Me pondré el abrigo por los hombros. Y tengo mi libro para este tiempo de espera. El chocolate ya me lo he comido, claro. Qué extraño. Qué poca gente. Pero… ¿no dicen que hay enormes colas en el Festival? Que te quedas sin entrada. Bulos. Eso es lo que son. La música. Empiezan los anuncios. ¿Hay alguien más aquí? Estoy en el extremo de la fila. Lo confieso. He colocado mis piernas en el reposabrazos del asiento delantero.
Ya lo sé. Tenía que haber acudido a la iraní. Me han contado lo de los grupos de rock en árabe que ensayan a escondidas. Y me han hablado de la francesa de cárcel. Que a mí no me gustaría. ¿Por qué? Pero si yo ya sé que hay algo más allá de ‘Mamma Mía’. Y la argentina. Viene Jim Jarmuch. Yo un día fui moderna.
Aquí estoy. Empeñada en lo mío. Tarda un poco en empezar. No hay que perder la calma. No te pongas nerviosa. Espera un poco. Respira. Deja que en el agua desaparezcan las ondas. No te levantes. Observa. ¿Lo ves? Ya empieza. Tú decías que no la habían rodado aún. Y aquí está. Has sido una desconfiada.