Cuando estudiaba en la Universidad aún no se había puesto de moda la Sociología de la felicidad y nos mandaban leer libros poco animosos. Había que lidiar con títulos como ‘La muerte de la familia’ o ‘El suicidio’. Respecto a éste último, tuve que explicar a mi madre que nos habían obligado a comprarlo para que dejara de esconderlo cuando limpiaba el polvo. Yo siempre he preferido a Spinoza.
La familia bajo el peso del drama es la protagonista de ‘Desde mi cielo’, el libro que acabo de terminar. Hay un momento en que los progenitores toman direcciones opuestas. El padre quiere atrapar al asesino de su hija. Y la madre quiere olvidar. ‘Vivir pendiente de que lo capturasen y lo castigasen significaba optar por vivir con el enemigo en lugar de aprender a vivir en un mundo sin mí’. (La narradora lo cuenta desde el cielo).
Hay otro momento similar, aunque más dulce, en la película ‘Up’, una cinta transgresora, que tiene a un viejo como protagonista. El hombre acarrea su casa en una larga aventura. Pero hay un momento en que ésta vuela con los retratos de su amada.
En fin. Volveremos a Spinoza.