Acababa de cerrar el enésimo enfado con mi hija ‘teen’ por la hora de
irse a la cama -lo que más nos enfada de los hijos es aquello en que se
parecen a nosotros, que diría el otro-. Por supuesto, había perdido
cualquier rastro de tono para escribir. Así que, además de fustigarme
-‘¿cuándo aprenderás?’-, me decidí por rastrear algún blog pendiente en
busca de la frágil paz interior.
Y di con natural born majadero
de Mikel Urmeneta. Pasé un buen rato nocturno aguantando mi pena y
dejando en nada la tardanza de la niña. Somos las peores, ya sabes. En
el blog de Urmeneta, que pasa una alegre temporada en Nueva York,
descubrí la utilidad de hacer planes desde la infancia.
Desde pequeño el pamplonica decidió que sería su propio jefe, que
quería divertirse y que auería moverse. Lo ha logrado. En qué
estaríamos otros pensando.