Sí. Tengo mi ferretería favorita. Ayer la visité y estando en ella entró una extranjera muy guapa a ver lo que pasaba. Paseó por la tienda, miró y se fue, como si estuviera en Zara. Fuera le esperaba paciente su novio. Tenían esas caras de felicidad de quien está de vacaciones, se quiere y puede perder un rato visitando ferreterías. Pero estas tiendas son otra cosa.

Sí, déjate. En las ferreterías hay que esperar a que te atiendan. Y en las mejores puedes conseguir piezas de cafetera. Y no me refiero a las que anuncia Clooney sino a esas negras-de-toda-la-vida-vale-ya-de-sofisticaciones.

Yo conseguí mis piezas aunque tuve que esperar un par de días. No somos tantos los recicladores, aunque ahora con la crisis vamos a más. Que nos arreglen de una vez los paraguas.

Ocurre que la vida te sorprende. Alguna vez el dueño me había respondido de forma airada. Ayer volvió a ocurrir. Se puso nervioso al explicarme cómo colocar la goma y el filtro de mi cafetera. Resulta que su mujer, de forma elegante, siempre quiere atenderme. Ella es más lista y yo también la prefiero a ella. El caballero sólo pedía su oportunidad. ¡Ferreterías!