No. No es el blog ‘Versión 0.cero’. Es la crónica de una jornada cinematográfica. Muy celebrada. Cuando se es madre ir al cine es como si los Reyes Magos llegan a África: lo que ocurre poco se valora más. Bien. La cita era para ver ‘Tamara Drewe’, la última película de Stephen Frears. Se lo había leído a otro compañero bloguero, el autor de ‘Mon Oncle’. Mi hermana también me alertó:

-Tenía un mal día y salí con una sonrisa del cine.

Así que preparé una bolsa con meriendas y palomitas -madre nutricia, al fin- y enfilé a la prole hacia los Antiguo Berri.

Narraba el director británico la historia de una chica que, después de operarse la nariz, vuelve al pueblo convertida en una tía buena. Así lo siente ella y también el personal. Entre los afectados, los escritores que sufren su proceso creativo en una fonda-retiro que regenta una gran mujer de la localidad. Están para poco.

Tal vez alguien dirá que se trata de una película ‘menor’ del director. Pero si es así, al británico le pasa como a Woody Allen, una de sus películas menores guarda siempr una lección de estilo.

Y, además, con la entrada, nos llevamos una sesión de ‘listening’ gratis por aquello de la V.O.

Eso sí. El próximo domingo toca ‘La bella y la bestia’ en 3D.