Un día, en una limpieza rápida, tiré a un
contenedor de Oldberri varios bolsos de épocas pasadas. Alguno aún me
gustaba pero pensé que ya me lo había dado todo. Como en Operación
Triunfo.
-Tenemos que salir a buscar un bolso de fiesta.
Era mi hija adolescente que preparaba su kit de gala agosteña.
El bolso que necesitaba estaba en el contenedor. Décadas de
parón y un día fuera y lo echábamos de
menos. Cogí
el teléfono.
-¿Puede recuperarse un objeto desechado por error?
-Je, je, je…-respondió la voz femenina ahondando en mi humillación-.
Alguna vez hemos abierto en contenedor para recuperar unas llaves, pero
ya lo habrán vaciado.
El bolso volvió a ser tan apetecible como cuando lo compré. Que me lo explique el filósofo. (Foto Arizmendi)