Una mujer de una pequeña localidad francesa invita a todo el pueblo a una comida muy especial. Las caras de los malhumorados y criticones vecinos se van dulcificando y alegrando a medida que avanza el desfile de manjares. Al final se conoce el motivo por el que esta refinada mujer ha organizado la fiesta. Es el ‘Festín de Babette’, una película diferente.
También fue distinta la propuesta que idearon Adrià y su socio en el Bully. Hoy su restaurante está considerado el mejor del mundo. Pero los comienzos fueron difíciles. Muchos días el comedor estaba vacío al mediodía y a la noche. Lo recordaban ayer en un reportaje emitido en la 2. ¿Hay que sufrir para encontrar el propio camino?