Una monja me contó su episodio de serendipia. ¿Serendipia? Es un momento en que se hace un descubrimiento que cambia tu vida. Ocurre por casualidad o por equivocación. Ella aún no era monja, sino estudiante en un piso compartido. Su presupuesto era escaso. Pintaba y entró a una tienda a comprar material de dibujo.  Era una gran librería pero ella solía ir directamente a la sección de papelería. ‘¿Por qué aquel día se acercó a ojear los libros?’, se preguntaría después.

Recorrió varios pasillos y de repente se quedó clavada. Un libro le estaba esperando. ‘Todos los demás mostraban el lomo, pero éste aparecía de frente, a la altura de mis ojos. Era la vida de Santa Teresa de Jesús. Estaba ahí para mí’.

Al salir de la tienda llegaron los reproches. ‘Te has gastado el dinero extra de toda la semana’ ‘¿En qué estabas pensando?’

Llegó a casa y devoró el libro de un tirón.  No faltaron las escenas morbosas. Postrada en el suelo, aceptó: ‘Haz de mí lo que quieras’.

Y se hizo monja. Pero esta es ya otra historia.