Cuando el secuestro del Alakrana nos enteramos de que en el Ïndico había otros 9 barcos retenidos por piratas. Uno de ellos es el Diana, un buque de bandera ucraniana. El barco lleva seis meses secuestrado. Y en él hay dos mujeres y una niña.

Una de las mujeres es la cocinera. Se ha quedado embarazada por violación de los piratas y necesitaba medicinas. Las habían preparado para ella los tripulantes del Alakrana pero los corsarios las tiraron por la borda.

En el Diana está embarcada la mujer del jefe de máquinas con la hija de ambos, una niña de unos doce años. La madre le suplicó al patrón del Alakrana, Ricardo Blach, que se la llevara con ellos. Pero no pudo ser.

¿Quién se preocupa de esta niña?

Ahora muchos conocemos esta historia. ¿Es un caso que sólo compete a Ucrania? Dice Innerarity que el mundo ha dejado de estar regido por poderes delimitados, vinculados a los Estados nacionales. No es terrestre. Se ha hecho líquido.

Por una justicia líquida. ¿Dónde hay que apuntarse?